La exclusividad ya no es sinónimo de precio
Conectar con los nuevos consumidores a través de un nuevo concepto de exclusividad.
La exclusividad como concepto ha evolucionado y es la calle la que en estos momentos marca el ritmo y pone el nombre de “exclusivo”, único o personal a las cosas. Los consumidores más jóvenes son difíciles de “engatusar” cuando se trata de venderles un ‘must-have’. Las generaciones más jóvenes buscan la exclusividad en otros elementos que no están tan ligados al precio, buscan la experiencia, buscan identificar su personalidad y el uso de las redes sociales les ayuda en este proceso. Las generaciones más jóvenes están generando un interés en la ropa y accesorios personalizados, así como en la moda vintage, además de por la ropa de calle exclusiva.
Hoy en día un jersey o camiseta de tan solo 30 euros puede agotarse en minutos. ¿Qué hace que eso ocurra? ¿Por qué algo que hace unos meses podría estar en la balda durante semanas de repente se convierte en un éxito de moda? No es el precio sino el uso, el cliente, las redes sociales etc.
La calle marca el ritmo de la exclusividad y no solo en prendas. Los jóvenes no tienen un poder adquisitivo alto pero las redes sociales y su uso hacen que el precio deje de ser importante y lo que representa la prenda o producto lo es. Lo que gusta en la calle y es promocionado en redes sociales se vuelve viral en momentos. El Streetwear y su cultura están marcando el comienzo de una nueva era de vestimenta informal, reavivando el valor del logotipo y democratizando efectivamente el concepto de lujo.
La hiperpersonalización también marca el nuevo concepto de exclusividad y por ende lujo. La singularidad del obejto de deseo también pasa por la experiencia en tienda, la experiencia en compra y la marca. Marcas como Nike Inc. o Everlane o Reformation ya ofrecen ese concepto. No es tanto la prenda u objeto lo que hace que sean exclusivas sino la experiencia de compra, el número de prendas disponibles en el mercado etc.
El vintage es una tendencia que ya llevamos viendo y viviendo unos años pero es ahora cuando una prenda u objeto vintage está adquiriendo un valor añadido. El mismo bolso, modelo y color pero fabricado hace 50 años tiene un valor añadido, ya que ofrece la experiencia de búsqueda, venta y la historia del objeto que exclusivamente es inherente en ello.
La exclusividad pasa por saber quién es el objetivo, quién es el que marca tendencia. El precio ya no es garantía de exclusividad sino la experiencia.