La oferta pública de acciones, a la vuelta de la esquina
A pesar de que nuestro mercado de valores cuenta con casi 20 años de legislación especial, aún no hemos podido desarrollar uno de los ejes más importantes del mercado que es la emisión pública de acciones. Pareciera mentira, pero la República Dominicana es uno de los pocos países de Latinoamérica (quizás el único), que no ha logrado colocar acciones en un mercado público. En la tabla que acompaña este artículo se puede comparar la situación en la región, tomando en consideración los años específicos en que estos países contaban con un PIB per cápita comparable al de nuestro país y la cantidad de empresas que ya estaban siendo comercializadas en un mercado público.
Esta situación está a punto de cambiar. La entrada en vigencia en enero del 2018 de la Ley del Mercado de Valores No.249-17, ordenó la creación de una serie de reglamentos dentro de los cuales debemos destacar el Reglamento de Gobierno Corporativo y el Reglamento de Oferta Pública. Ambas piezas son fundamentales, ya que están dirigidas específicamente a regular la emisión pública de acciones y la estructura de gobierno corporativo que debe ser implementada por las empresas emisoras.
Pudiéramos decir que previo a contar con las regulaciones mencionadas existía ambigüedad en el mercado y, si bien el anterior marco regulatorio permitía la emisión pública de acciones, indudablemente las cosas están más claras cuando se despejan las dudas. Ambas piezas deben de aumentar, significativamente, los niveles de confianza tanto del emisor como del inversionista, en la medida en que contribuyen a robustecer el mercado de oferta pública de acciones.
No obstante, aún quedan obstáculos por delante. Me atrevo a opinar que el mayor de ellos es de índole cultural. Muchas empresas entienden que al ceder la toma de decisiones a un órgano colegiado como un Consejo de Administración (conforme lo requiere la regulación), están perdiendo el control de la empresa. Sin embargo, resulta imprescindible analizar la situación más a fondo, ya que justamente las estructuras de gobierno corporativo se implementan para ayudar a tomar la mejor decisión posible a favor de la empresa y sus accionistas, convirtiéndose en mecanismos que viabilizan la continuidad del negocio, más allá de la primera o segunda generación de los fundadores de la empresa. Esto no es algo nuevo. Los países desarrollados llevan 20 años aplicando políticas de esta naturaleza con éxito; sin embargo, su implementación en nuestro país se ha prolongado de forma innecesaria, sobre todo en las empresas familiares.
A pesar de ello, debemos resaltar que varias empresas dominicanas deben su éxito a la implementación de buenas prácticas de gobierno corporativo y cumplen con la mayoría de las disposiciones de los mencionados reglamentos. Son estas las llamadas a dar el primer paso. Solo falta que vean la oportunidad que les brinda el mercado de valores, la cual está a la vuelta de la esquina. Más temprano que tarde, estaremos todos invirtiendo, desarrollando nuestro mercado y con ello contribuyendo al desarrollo de nuestro país.
Por: Mario Franco, director ejecutivo Asociación de Puestos de Bolsa