El inevitable fin del dinero tal como lo conocemos
El dinero en efectivo, un invento humano que según los historiadores puede tener entre 4,500 y 2,700 años de antigüedad, pasa por un presente declinante y con un futuro incierto.
Aunque los abonos con monedas y billetes siguen siendo ampliamente mayoritarios, van en descenso desde hace años y cada vez surgen más iniciativas para reemplazarlos, como los pagos por móvil o las transferencias instantáneas. Y ya son muchos los países que están liderando esta tendencia.
Si alguna vez a tenido la oportunidad de viajar a China, pudo experimentar que al tratar de pagar en efectivo, incluso con tarjetas de crédito, los comerciantes lo miraron de manera extraña, como si fuera un ser de otro planeta. Bueno, eso tiene una explicación. La norma en ese país es el uso de plataformas de pago digital como AliPay y WeChat Pay, y el reembolsar con otro método se ha quedado completamente en el olvido. En el país asiático las transacciones se realizan con el teléfono móvil, a través de un código QR. Ya sea para las compras en un centro comercial o como el café en la tienda de la esquina.
En Suecia el fenómeno es similar, muchos comercios cuelgan avisos de “no aceptamos dinero en efectivo” y la mayoría de las oficinas bancarias no permiten depositarlo o retirarlo. El ritmo de desaparición del efectivo en el país nórdico es frenético. Se estima que un tercio de los ciudadanos ya no utiliza billetes o monedas. Solamente el 1 % del valor de todos los pagos en ese país se mueve con efectivo y, en los comercios, únicamente el 20% de las transacciones sigue siendo con dinero “contante y sonante”. Si sigue a este ritmo, para 2025, la mitad de los establecimientos no admitirán efectivo, como ya ocurre en la mayoría de las sucursales bancarias. Ante el riesgo de exclusión financiera, que implica no poder ingresar o retirar efectivo en las sucursales, el banco central de aquel país ha empezado a obligar a los bancos a ofrecer este servicio. A su vez, en Noruega apenas un 10 % de las transferencias se realizan con dinero físico. De igual forma, Corea del Sur, Dinamarca, China, Reino Unido y Kenia por nombrar algunos, han experimentado, por diversas razones, el auge de nuevas formas de dinero no físico.
Pero ¿por qué está desapareciendo el efectivo?
Siempre ha sido el rey de las transacciones, especialmente de las de menor valor, pero, a partir de los años 90, la aparición de nuevas tecnologías ha provocado que los pagos electrónicos sean muy sencillos. Sistemas de banca online, pago a través del Smartphone, plataformas de pago como Paypal y los sistemas de encriptado suponen un porcentaje cada vez más alto de los intercambios monetarios.
Esta evolución hacia el dinero digital no es solo privilegio de economías fuertes y desarrolladas, como lo demuestra la transición al dinero digital en Kenia, país que tras introducir una aplicación de pagos oficial y lograr que el 60 % de las transacciones se realicen de manera digital. El país africano donde el 80 % de la población utiliza teléfonos móviles, ha logrado
un aumento de la productividad y de los ingresos de los hogares, además de reducir los robos a particulares y negocios. De esta manera, Kenia se adelantó al mundo con una visión brillante y positiva de empoderar a los excluidos de los servicios del sector financiero en África.
Ventajas de una sociedad sin efectivo
En este contexto y teniendo en cuenta que aún quedaría por recorrer un largo camino legislativo, ¿cuáles serían las ventajas de una sociedad sin efectivo?
De forma esquemática podemos indicar:
– Reducción casi al mínimo de delitos como el blanqueo o fuga de capitales o los delitos fiscales.
– En una sociedad sin efectivo el control financiero por parte de los bancos será mucho mayor.
– Impulso de la innovación y de nuevos sistemas de pago online, así como de monedas virtuales oficiales que permitan mantener un control de la economía nacional.
– Sensible reducción de la economía sumergida al quedar registrados todas las transacciones y pagos.
– Mayor seguridad física para comercios y establecimientos que, de esta manera, no dispondrían de dinero en efectivo en sus locales.
– Freno a las actividades ilícitas como el tráfico de drogas o de armas que emplean en dinero en efectivo como vía de pago.
Desventajas
Muchos expertos señalan que una sociedad sin efectivo traería consigo un aumento de las desigualdades sociales, ya que muchas personas no tienen acceso a cuentas bancarias a los que vincular sistemas de pagos móviles o digitales.
El temor a un ataque cibernético también es uno de los problema más citados entre los detractores, algo que, en caso de producirse, podría arruinar a un país en cuestión de minutos.
Si desaparecen las monedas oficiales, el control de la economía quedaría en manos de la banca privada, ya que la figura de un banco central dejaría de tener sentido. Este mayor control de los datos y finanzas de los ciudadanos también genera dudas entre los defensores de la privacidad de los datos personales que también alertan de una posible subida de las tasas e intereses por parte de las entidades bancarias.
Los detractores de la sociedad sin efectivo ponen el acento en el hecho de que si desaparece el dinero en metálico se producirá un descenso del ahorro de las familias dado que, la falta de papel moneda, favorece el consumo sin control y, en consecuencia, las posibles situaciones de quiebras familiares.