Eduardo Verdún (EY): “Hacer presión como sector es la principal vía para negociar con la Administración”
Juntos mejor que en solitario. Eduardo Verdún, socio responsable del sector de distribución y productos de consumo de EY Abogados, defiende que hacer frente común es la mejor vía para negociar con las administraciones medidas fiscales para aliviar la presión por la crisis del coronavirus. En un informe publicado ayer por la consultora y The Boston Consulting Group, que prevé que la moda reduzca en un 40% su facturación por el Covid-19, EY propone establecer una mesa de diálogo con técnicos de Hacienda, flexibilizar los Ertes y crear un marco jurídico que ampare las negociaciones con los propietarios de locales comerciales.
Pregunta: ¿Es comparable esta situación con otras crisis?
Respuesta: La más cercana que tenemos todos en la cabeza es la de 2008. Pero la situación de incertidumbre que tenemos ahora no llegó a darse con tanta intensidad entonces y la crisis fue global, pero no en el mismo momento temporal. Hoy, una empresa multinacional no tiene un mercado claro al que acudir para refugiarse. Además, hay un factor emocional por el riesgo sanitario que no existía entonces.
P.: ¿Qué medidas podía tomar el Gobierno para aliviar el impacto de la crisis en el sector de la moda?
R.: Por una parte, una cuestión que preocupa mucho en el sector es el de los arrendamientos. Es una materia crítica que no se ha abordado por la parte del Gobierno. Primero proponemos dar seguridad jurídica para los posibles pactos bilaterales entre arrendador y arrendatario, necesitan un marco jurídico adecuado. En paralelo, habría qué analizar qué ayudas puede aportar el Estado para seguir haciendo frente a esos arrendamientos en unas circunstancias diferentes.
P.: El otro punto clave es el ámbito laboral. ¿Pueden los Ertes por fuerza mayor trasladarse a Ertes por causas de producción?
R.: No está claro. Hay que aclarar también si el hecho de haberse acogido al Erte vaya a obligar a la empresa a mantener el empleo seis meses después del fin del estado de alarma, porque no sé a qué circunstancia me voy a enfrentar entonces. La preocupación del sector es cómo hacer frente a la fase de reapertura.
P.: ¿Qué se podría hacer, además de clarificar esos aspectos?
R.: En el informe se propone una flexibilización de los procedimientos. Muchas veces los convenios laborales son muy estrictos en cuanto a las funciones de cada trabajador, y sería favorable una flexibilización, con límites marcados, para que las empresas puedan ser más ágiles y dinámicas para hacer frente a esta situación.
“En lo que se refiere a alquileres, es fundamental que la negociación sea bilateral con el arrendador”
P.: ¿Cómo debe ser la reapertura?
R.: Otra de las medidas que proponemos es la flexibilización de los horarios comerciales. Las comunidades autónomas tienen competencia para regular los horarios de apertura. Preocupa que esos horarios puedan funcionar como elementos de limitación del reinicio de la actividad.
P.: ¿Qué medidas se pueden tomar en materia fiscal?
R.: Nos hemos encontrado con una casuística inmensa. Tenemos los tributos principales, que son el IVA, el IRPF y el Impuesto de Sociedades, pero también hay planos de tributación local, como terrazas, vía pública, etc. Aunque en el informe se establece una serie de medidas, lo mejor sería formar un grupo de trabajo con funcionarios técnicos de Hacienda y debatir cuáles resultan más viables.
P.: ¿Lo más recomendable sería una condonación, un aplazamiento…?
R.: Sin duda un aplazamiento en el pago de los impuestos. Que automáticamente queden ampliados los plazos hasta el mes que se considere más oportuno. Condonar sin más, en cambio, es muy complejo.
“Uno solo frente a la Agencia Tributaria no va a llegar muy lejos y dejar de pagar no es recomendable”
P.: ¿Qué recomendaría a una empresa que no pueda hoy hacer frente a los pagos?
R.: En lo que se refiere a alquileres, es fundamental que la negociación sea bilateral con el arrendador. No comunicar sin más un impago de la renta. En materia de compromisos fiscales, lo primero es intentar aprovechar al máximo las oportunidades que ya tenemos: la posibilidad de solicitar mejoras de financiación avaladas por el Estado, revisar con mucho cuidado las medidas en término de aplazamiento de medidas tributarias que ya existen… Muchas veces el problema es que ahora las empresas no tienen caja pero sí tienen previsión de tenerla a medio plazo, por eso hay que aprovechar la financiación.
P.: ¿Es necesaria unidad en el sector para abordar estas negociaciones?
R.: Totalmente. El factor asociativo es fundamental, hacer presión como sector es la principal vía para negociar: uno solo frente a la Agencia Tributaria no va a llegar muy lejos y dejar de pagar no es recomendable. Somos conscientes de que dentro del sector hay una gran heterogeneidad, pero las medidas que presentamos afectan de una u otra forma a todos. Además, por experiencia es más fácil sentarnos a negociar si venimos acumulando la representación del sector que si lo hacemos a nivel individual.
P.: ¿Qué podemos aprender de la gestión de la crisis de 2008?
R.: Hay que ser conscientes de que el sector no había dejado del todo atrás la crisis de 2008. Las curvas de empleo y la cifra de negocio no habían llegado a los de 2005 y 2006. La situación de partida no es igual ni en términos de endeudamiento ni en términos de empleo o ventas. La situación de partida es mucho peor a la que se tuvo en 2007 y 2008 y eso debe dar una mayor preocupación.
P.: ¿Pueden los problemas de liquidez convertirse en problemas de solvencia a medio plazo?
R.: Por supuesto. Y va a depender de la evolución del comportamiento del consumidor una vez que las medidas de confinamiento empiecen a relajarse. Dependerá de qué seguridad tengamos de poder contagiarnos o no. Si esa protección no está suficientemente asegurada y, desde luego no lo está a día de hoy, la reapertura puede hacer que continuemos en una situación de negocio muy difícil.
P.: ¿Las medidas deben entonces extenderse más allá del estado de alarma?
R.: Las más inmediatas son para ayer. Pero después se tiene que trabajar para la fase de reapertura, que es absolutamente crítica, con herramientas como la mesa fiscal. Hay que prever una serie de medias de reforzamiento o de mejora.
P.: ¿Qué escenario manejan?
R.: Si el estado de alarma continúa, más o menos, hasta mediados de mayo, la reapertura será escalonada. Cómo lo haga dependerá de cómo haya evolucionado el tratamiento de la enfermedad y hay un factor de comportamiento del consumidor que es imprescindible ahora mismo.