Comprar menos, usar más tiempo: las recomendaciones de la UE para una moda más ‘eco’
Objetivo, contaminación cero. La caída de precios y la mayor velocidad en el consumo son dos de los factores que han hecho que el consumo de moda por persona se incremente en un 40%. ¿El impacto? La huella ambiental del sector, que representa entre el 2% y el 10% de la contaminación en la Unión Europea.
Con el objetivo de paliar los efectos de la industria de la moda sobre el medio ambiente, el Parlamento Europeo ha publicado el informe Environmental impact of the textile and clothing industry, en el que establece varias líneas de actuación para las empresas del sector.
Desarrollar nuevos modelos de negocio como el alquiler, diseñar productos que faciliten la reutilización de las prendas y el reciclaje, convencer a los consumidores de comprar menos ropa de mejor calidad u ofrecer medidas más sostenibles son algunas de las propuestas de Europa.
La huella ambiental del sector representa entre el 2% y 10% de la contaminación en Europa
En ese sentido, el informe apunta que si se duplicara el uso medio de una prenda se reduciría en un 44% las emisiones de gases de efecto invernadero del sector de la moda sobre la atmósfera.
Apostar por la artesanía tradicional, utilizar materiales locales o producción a pequeña escala. El slow fashion es una de las recomendaciones de Europa tanto para los consumidores como para las empresas con el objetivo de reducir la huella ambiental.
La moda como servicio es otra de las pautas del Parlamento Europeo. La propuesta incluye incentivar la creación de nuevos modelos de negocio de economía compartida como el alquiler o la suscripción, que reducirían el consumo de moda.
Reusar, reparar y reciclar son algunas de las recomendaciones de Europa para paliar la contaminación del sector
Reusar, reparar y reciclar. Las tres R también están incluidas en las recomendaciones europeas para frenar la contaminación de la industria de la moda. El organismo anima a los consumidores a comprar prendas de segunda mano, y a los empresarios a garantizar la reparación de los artículos y ofrecer garantías para la durabilidad de las prendas.
Además de reciclar y reducir el consumo, Europa propone a los fabricantes el uso de materiales reciclables con el objetivo de darles una segunda vida a la prenda una vez termine su ciclo.
Además, las compañías deberían poner en marcha un sistema en sus establecimientos para promover la recogida de ropa usada. El smart fashion también es otro de las pautas que propone el Parlamento Europeo, ya que la producción bajo demanda eliminaría el stock.