China da un espaldarazo al comercio para dinamizar el consumo interno
China lanza un plan para dinamizar aún más el consumo interno. El Gobierno de Pekín ha presentado hoy un programa de veinte puntos para acelerar el cambio de modelo de la economía y estimular el consumo doméstico para paliar el parón del comercio internacional.
Entre las medidas, está la de fomentar el incremento de espacios comerciales. En este sentido, la iniciativa invita a transformar grandes almacenes, fábricas o instalaciones deportivas en desuso en complejos comerciales y multifuncionales, así como en centros de ocio y gimnasios, según Europa Press.
Pekín sugiere también a las autoridades locales impulsar calles peatonales comerciales, servicios de transporte, plataformas de información y sistemas de crédito, además de facilitar la implantación de mercados al aire libre y la creación, en definitiva, de una atmósfera comercial “estandarizada, ordenada y colorida”.
China incentiva la construcción de centros comerciales en grandes almacenes o fábricas en desuso
Por otro lado, el país quiere impulsar también la integración de los principales distritos y calles comerciales con la cultura, el turismo y el ocio. En este sentido, el Gobierno se compromete a estudiar ampliar los horarios comerciales y aumentar la inversión para crear zonas de reunión y de consumo nocturno.
Otras de las medidas de la iniciativa pasan por dinamizar la compra de automóviles y simplificar los trámites burocráticos para la obtención de licencias para abrir tiendas de conveniencia.
El objetivo de este plan es incentivar el consumo interno para que el país pueda sostener su ritmo de crecimiento, impulsado hasta ahora por el motor de las exportaciones. Una de las bazas a favor del plan es el aumento de los ingresos per cápita, que en 2018 se incrementaron un 6,5%, hasta 28.228 yuanes (4.334 dólares).
El país ha puesto en marcha este proyecto después de que frenase su producción industrial en julio, registrando el peor registro desde 2012. Este indicador puso en evidencia la fragilidad de la demanda interna, en el marco de la batalla comercial con Estados Unidos. En 2018, la economía china creció un 6,6%, su peor dato en tres décadas.