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El 3 de Julio de 1886 Benz & Co de la mano de su fundador Karl Benz presentó “ al mundo el motorwagen”, primer vehículo propulsado por un motor de gasolina que solo contaba con tres ruedas. El motor mono cilíndrico de 954cc. alcanzaba los 18 km/h y tenía una potencia de 0,8 CV.
En aquel momento, el automóvil fue recibido como un juguete para gente rica y sobre todo aventurera, dispuestas a cambiar la confiabilidad de la propulsión a caballo. En el ocaso del siglo XIX, cuando las rutas eran un mal necesario que padecían las pocas personas que tenían la fortuna de poder viajar, nadie romantizaba la libertad de vías infinitas, las cuales por cierto aún no existían.
Un espacio en donde los autos son el arte
En ese entonces, en esta pequeña isla caribeña, el automóvil sería uno de los símbolos de la modernidad para una ciudad que apenas alcanzaba los 15 mil habitantes, que pudo apreciar el primer automóvil en pisar tierra dominicana en 1905.
La idea de ciudad cambiaría radicalmente hasta el punto de que, actualmente, el flujo vehicular es una de las principales preocupaciones de las autoridades, municipales y centrales, así como de los expansionistas urbanizadores y urbanistas.
Para 1925 la imagen urbana se caracterizaba por la construcción de edificios de alturas considerables, realizados en hormigón armado y por la existencia de numerosas vías para la circulación de vehículos con aceras para peatones además de iluminación eléctrica y hermosas alamedas centrales y laterales, para dar paso al famoso Ford T, uno de los primeros vehículos de lujo en llegar al país en 1923.
La construcción de las principales carreteras del país, que unían la ciudad con el interior, así como la apertura de calles importantes tales como las avenidas de la Independencia, Bolívar, Capotillo (hoy Mella), Duarte, 30 de Marzo, y otras, conformaron una ciudad que se preparaba, sin saberlo, para insertarse con ganada autoridad de autodidacta, en los criterios universales de una modernidad que ya no le era ajena.
Finalizada la década del 30, se acelera la importación de vehículos con el surgimiento de una nueva clase económica, el inicio de construcción de las carreteras troncales y regionales y los nuevos ensanchamientos urbanos, como Gazcue y Ciudad Nueva.
Comenzaba entonces el servicio de carros de transporte público interurbano y urbano en la parte oriental de Santo Domingo, que se reducía a la Ciudad Colonial, Ciudad Nueva, San Carlos, San Lázaro o algún villorrio cercano a estos.
Las grandes distancias no existían en la capital; para trasladarse a Mendoza, un semillero de barrios ubicados en la zona oriental de lo que hoy es el Distrito Nacional, se debían tomar unos minibuses destartalados considerados como parte del servicio de transporte interurbano.
Asimismo, se establecieron o comenzaron a establecerse las primeras empresas importadoras de vehículos, mayormente de fabricación norteamericana y europea y se comenzó a masificar el automóvil. Santo Domingo Motors Company S. A., la empresa más antigua del Grupo Ambar, nacida en 1920, tiene el honor de comenzar el sector automotriz de la República Dominicana representando los vehículos Chevrolet de la General Motors Company, momento en el que se convirtió en el 1er distribuidor de GM fuera de territorio continental los EEUU. Su fundador, Don Amadeo Barletta, con 25 años de edad decide emprender el negocio automotriz cuando todavía en esa época eran muy escasos los automóviles en República Dominicana, tanto así, que en su primer año de operaciones vendió sólo tres vehículos.
A los pocos años, 06
No fue sino hasta finales de la década de los sesenta, que aumenta notablemente la presencia de automóviles, camiones y algunos autobuses en las calles de la Capital. Aquel suceso hizo necesario la promulgación de la Ley 241 del 28 de diciembre de 1967, con el objetivo de normar el tránsito vehicular en todo el territorio nacional, fortalecida por la Ley 222, que establece por primera vez la señalización vial; ambas sustituyen y derogan algunas legislaciones anteriores de tránsito y circulación, así como Decretos y Resoluciones municipales dirigidas al ordenamiento del sector.
Fue así que se comienza a construir las grandes avenidas troncales de la Capital, como la 27 de febrero y otras. El gran salto surge a partir de la construcción de las grandes soluciones viales modernas, como los túneles, elevados, pasos a desnivel y trabajos de ampliación de algunas avenidas, para facilitar el tránsito del gran parque automotor y facilitar la movilidad vehicular y de peatones en la capital y las principales ciudades del país.
Actualmente, se estiman que unas 3.9 millones de personas por día se movilizan en toda la zona metropolitana del Gran Santo Domingo. De esta cantidad, 2.7 millones se movilizan a través del transporte público urbano y alrededor de un millón lo hacen en vehículos privados.
A día de hoy, el mercado automotriz se puede identificar como uno de los principales indicadores del bienestar socioeconómico de la clase media y alta, toda vez que la adquisición de un vehículo es una de las operaciones con mayor carga de impuestos y la limitación de recursos puede provocar la posposición de su compra, lo que indica que la adquisición de un vehículo representa una de las mayores exposiciones al pago de elevados y diversos impuestos que pesan sobre el producto tanto al adquirirlo como durante su uso de manera permanente.