Secuestros Virtuales, una de las estafas más aterradoras
Por más de dos décadas, las agencias policiales han estado al tanto sobre cómo funciona el fraude de secuestros virtuales, pero después de un caso histórico del FBI, esta estafa aterradora ha evolucionado. En el pasado, el secuestro virtual era limitado a los estados fronterizos de México y los estados suroestes de los Estados Unidos, pero ahora las posibles víctimas podrían residir en cualquier parte del mundo.
“Hemos visto un aumento en los secuestros virtuales en los últimos años porque el crimen es lucrativo y no hay mucha detección por parte de la policía”, expuso a CNN, Matthew Horton, jefe de la unidad internacional de delitos violentos del FBI, quien ha estado siguiendo de cerca los secuestros virtuales. “Es una forma rápida de ganar dinero, y es mucho más fácil realizar un secuestro virtual que uno real”.
La falsificación implica una llamada realizada desde cualquier servicio de voz por IP, como Skype, o una aplicación especializada que permite a los usuarios ingresar cualquier número de host que deseen, ya sea un número creado, un número en su libreta de direcciones o uno de la Casa Blanca. Es tan fácil que cualquiera podría hacerlo.
¿Qué es el secuestro virtual?
Internet es una herramienta sumamente útil, pero como todo artilugio puede usarse con fines malvados. Con la ventaja de que tienes acceso a todo el mundo para poner en práctica tus maldades. Uno de los casos más violentos son los secuestros virtuales.
Las personas que llaman se hacen pasar, según los expertos en cyber crimen, por policías, abogados u otras autoridades y comunican a la posible víctima que un hijo u otro familiar está en una situación delicada y necesita el pago de una cantidad de dinero para su ayuda.
Aunque hay diferentes maneras de llevar a cabo un secuestro virtual, siempre termina siendo un esquema de extorsión. El objetivo final de este delito está en engañar a las víctimas para que paguen un rescate por liberar a un ser querido que creen que está siendo amenazado con violencia o muerte. A diferencia de los secuestros tradicionales, en un secuestro virtual, nadie realmente ha sido secuestrado. En cambio, a través de engaños y amenazas, las víctimas son rápidamente obligadas a pagar un rescate antes de que el plan se desmorone.
Consejos para enfrentarse a un secuestro virtual
Desde que se detectó este nuevo tipo de estafas, las autoridades policiales de todos los países afectados han ofrecido una serie de consejos para ayudar a las víctimas a manejar la situación. Lo más importante es pedir la ayuda de la policía por otra línea telefónica, ellos guían a la víctima en el proceso y aunque todo quede en nada, sirve para mejorar los registros y las investigaciones que les ha llevado a realizar detenciones en los últimos años.
- Mucha precaución con llamadas entrantes con prefijos desconocidos o numeración oculta.
- Una vez atendida una llamada de este tipo mantener en todo momento calma y serenidad. Desconfiar de lo que nos está contando.
- Escuchar y dejar hablar a nuestro interlocutor, grabando la conversación si es posible. Incluso si parece oír la voz de su familiar de fondo, se debe desconfiar y mantener la calma.
- No facilitar nunca durante la llamada datos personales, familiares, de ubicación o de contacto.
- Dejar siempre una línea de telefonía libre para intentar localizar a la supuesta víctima y/o avisar a la Policia Nacional, simultáneamente.
- Intentar realizar alguna pregunta muy personal de la víctima que le permita, en base a la contestación, concluir que es un falso secuestro.
- No efectuar nunca por nuestra cuenta pagos monetarios o entregas de efectos de valor requeridos por el extorsionador.
- No dudar en cortar la comunicación. Posiblemente desistirán y buscarán otra posible víctima.
- Escribir inmediatamente todo lo que se recuerde y denunciar siempre los hechos a la Policia Nacional.
- Controlar los datos volcados en las redes sociales y evitar encuestas en las que se pregunte por datos personales. Estos datos pueden ser utilizados por los criminales para hacernos creer que se trata de un secuestro real.