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En la actualidad las enfermedades que conocemos de alto costo como cáncer, insuficiencia renal, infarto al miocardio y las condiciones cerebro vasculares tienen un impacto significativo en la sociedad, pues son reconocidas como una de las causas principales de fallecimientos de los ciudadanos dominicanos, pero no tan solo provoca éste gran daño, sino también crea efectos psicológicos en quien la padece así como en los familiares más cercanos, no es un secreto que estas condiciones no solo deterioran a una persona físicamente, sino también repercute negativamente en su estado de emocional y económico.
Tras un paciente recibir el diagnóstico de que posee dentro de sí este tipo de males, se crea en éste un sinnúmero de incertidumbres, el avance que la enfermedad pueda tener en él, el tiempo que pueda restarle de vida sino es tratada a tiempo o si el tratamiento no es 100% seguro, si la tecnología no es lo suficientemente avanzada para contrarrestar su condición; en muchos casos el factor financiero tiene una gran incidencia en el malestar de la persona, ya que de no contar con el respaldo económico, pudiera generar la perdida de los bienes de una familia y en algunos casos ni siquiera tener acceso al tratamiento correspondiente, sobre todo si este no cuenta con un seguro médico que posea las coberturas necesarias, incluyendo los gastos de medicamentos que para estas condiciones y en la mayoría de los casos son cifras elevadas. El costo del tratamiento representa un elemento primordial para considerar la enfermedad como catastrófica.
Pero hay una interrogante que en muchas ocasiones se hacen las personas que son diagnosticadas de una enfermedad de este tipo, ¿Qué pude hacer para evitarlo?, uno de los primeros pasos es la metodología preventiva que obtenemos mediante el chequeo rutinario. Los chequeos médicos frecuentes, o periódicamente una o dos veces al año, se convierte en un efecto positivo ante un padecimiento de cualesquiera de las enfermedades consideradas de alto costo. La detección a tiempo permite actuar rápido y efectivamente.
Las mujeres por su alta incidencia en cáncer de mamá y cáncer cérvico uterino deben realizarse semestralmente su chequeo ginecológico, para la prueba citológica o mejor conocida como Papanicolau, en otro orden, el especialista realiza dentro de esta consulta el examen minucioso de los senos.
El cuerpo humano suele avisar en diferentes manifestaciones síntomas que, de ser revisados con tiempo, permiten el tratamiento de cualquier afección que más adelante pudiera ir desarrollando una condición crónica o de alto costo.
Igualmente, es importante la mamografía sobre todo a partir de los 40 años, donde la frecuencia del estudio como prevención dependerá del factor edad de la fémina y sus antecedentes familiares. Hay un chequeo simple en las mujeres que es el autoexamen y/o observación de su cuerpo, permitiendo detectar volúmenes en los senos o axilas, cambio de color o aparición de líquido extraño o arrugas. Entre más frecuente es realizado el autoexamen, más familiarizada está la mujer con su cuerpo, garantizándole identificar cualquier cuerpo extraño en sí.
Por su parte los hombres, se les recomienda hacer el examen prostático una vez al año a partir de los 40 años, sin embargo, un autoexamen puede al igual que en las mujeres identificar cualquier protuberancia no usual en su cuerpo.
Vía pruebas de sangre se puede visualizar la alteración del PSA., que también permite detectar la aparición de cáncer de manera temprana. No obstante, si tiene una vida sexual activa es responsable realizar pruebas y/o exámenes de enfermedades infecciosas como el VIH, la clamidia, la sífilis, entre otras no de menor importancia, lo que también aplica para las mujeres.
Un chequeo general de analíticas de laboratorio donde los médicos de familia puedan monitorear el perfil lipídico, hepático, la glicemia, así como un hemograma y un análisis de la orina también es parte de lo que en forma rutinaria debemos monitorear.
¿Con qué frecuencia se hace necesario el o los exámenes según el sexo?
Las mujeres desde que cumplen los 18 años deben realizar los exámenes médicos periódicamente, no solo el de mama y/o la citología, sino laboratorios que permitan detectar anomalías en los rangos que tienen incidencias en otros padecimientos médicos como la diabetes o la hipertensión, entre otras.
Si la persona es fumador activo, se recomienda la radiografía de tórax cada año. A partir de los 60 años, consulte a su médico para que se le indique el ultrasonido aórtico abdominal, ya que es utilizado para evaluar la aorta abdominal, los riñones, la vesícula, el hígado. La aneurisma de la aorta abdominal es la encargada de suministrar sangre, puede extenderse desde el corazón hasta la parte central del pecho – abdomen. Su crecimiento es lento y de manera silente, lo que la ruptura de la aneurisma puede causar el sangrando, considerado mortal. En los hombres es mayor la probabilidad de que suceda.
La alimentación tiene una participación en la presencia de enfermedades, tanto como causa, así como parte del tratamiento. Una alimentación saludable, sana, es aquella que aporta al individuo las vitaminas y nutrientes necesarios para el organismo.
La cantidad de alimentos de acuerdo con la etapa de vida en que se esté, para lograr mantener el peso adecuado, según la estatura individual y dentro de los rangos apropiados. Llevar una alimentación sana, donde sean recibidos los nutrientes necesarios o esenciales, previene enfermedades.
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