Adidas sale en busca de ayuda por el coronavirus: firma un crédito de 3.000 millones

El Gobierno de Angela Merkel lanza una tabla de ayuda a Adidas. El gigante europeo de artículos y moda deportiva ha firmado un préstamo de 2.400 millones de euros con KfW, el banco de desarrollo estatal de Alemania. A este importe se le suma un crédito sindicado de 600 millones de euros “para salvar esta situación sin precedentes”, según explica en un comunicado.

Esta segunda línea de financiación está pendiente de formalizarse, aunque ya se ha acordado que el tipo de interés sea “en condiciones de mercado habituales”. Los bancos que participan en la operación junto a KfW son UniCredit, Bank of America, Citibank, Deutsche Bank, HSBC, Mizuho Bank y Standard Chartered Bank.

La empresa se ha comprometido a suspender el pago de dividendos mientras no haya podido amortizar estos préstamos, que a corto plazo servirán “para salvaguardar la flexibilidad financiera de la compañía”. Además, se ha frenado la recompra de acciones, se han diseñado planes de reducción de costes y la alta dirección ha renunciado a un 65% de su sueldo.

 

“La situación actual plantea un serio desafío incluso para compañías saludables. Agradecemos al Gobierno alemán por su rápida e integral capacidad de respuesta a esta crisis mundial sin precedentes”, ha señalado el consejero delegado de Adidas, Kasper Rorsted. “El acceso a liquidez adicional es clave para capear esta crisis; pagaremos cualquier parte usada del préstamo, incluidos intereses y comisiones, lo más rápido posible”, ha aseverado.

La compañía aún no ha actualizado sus previsiones para 2020, debido a que el impacto será mucho mayor del esperado, aunque a principios de marzo ya avanzó que el confinamiento en China se había traducido en una pérdida de ingresos de entre 800 millones y 1.000 millones de euros.

“Adidas también ha visto un fuerte impacto en sus ingresos y generación de efectivo en la mayoría de las otros partes del mundo desde mediados de marzo”, señala, tras recordar que ya sufrió una disminución de ingresos y beneficios en China, Japón y Corea del Sur durante el primer trimestre.

El grupo cerró el último ejercicio fiscal con una facturación de 23.640 millones de euros, un 7,9% más que el año anterior. Su beneficio neto se disparó hasta 1.977 millones de euros, un alza interanual del 16%.

Latinoamérica se contrae: el coronavirus hunde un 5,2% el PIB de la región en 2020

La Gran Reclusión también llega a Latinoamérica. La crisis del coronavirus penalizará a todas las economías mundiales y apunta a una recesión global del 3% en 2020. Para Latinoamérica, las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) pasan por que el Producto Interior Bruto (PIB) se contraiga un 5,2% este año.

Para este año, las estimaciones del organismo pasaban porque la economía del conjunto de los países de Latinoamérica y el Caribe se elevara un 1,6%, frente al avance del 0,1% registrado en 2019. “El Covid-19 ha perturbado el orden social y económico a una velocidad fulgurante y a una escala que no hemos visto jamás”, dijo la semana pasada Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Sin embargo, tras el impacto del coronavirus, los mercados de la región sufrirán un rebote y registrarán un crecimiento del PIB del 3,4% en 2021, superando las previsiones del pasado enero realizadas por el organismo, en las que preveía que el PIB de la región se elevara un 2,3% en 2021.

En México, la economía se contraerá un 6,6% este año, según las nuevas previsiones del organismo. El país azteca finalizó 2019 con una caída del 0,1% de su PIB y preveía crecer un 1% este año. Para 2021, las previsiones pasan porque la economía mexicana se eleve un 3% tras el brote del Covid-19.  

En Brasil, por su parte, la economía experimentará un retroceso del 5,3% tras el impacto del coronavirus. El país, cuyo PIB se elevó un 1,2% en 2019, revertirá la situación en 2021, cuando la economía crezca un 2,9%.

Después de Brasil, Ecuador será el segundo mercado latinoamericano donde más se contraerá la economía este año, con un retroceso del 6,3%, según las nuevas previsiones del FMI. En 2021 el avance del PIB en la región será del 3,9%.

En Argentina, por su parte, el PIB caerá un 5,7% este año para rebotar un 4,4% en 2021, mientras que en Chile la caída será del 4,5% y en 2021 experimentará un avance del 5,3%. En Uruguay, por su parte, la economía retrocederá un 3% este año para luego crecer un 5%.

Colombia es el mercado latinoamericano que menos sufrirá el impacto del coronavirus.

Según las estimaciones del organismo, el PIB colombiano se contraerá un 2,4% este año y experimentará un crecimiento del 3,7% en 2021. En el caso de Perú, la caída será del 4,5%, pero se recuperará en 2021 con un avance del 5,2%.

El conjunto de las economías emergentes sufrirá una contracción del PIB del 1% este año. Estas regiones, además, “se enfrentan a desafíos adicionales relacionados con las reversiones sin precedentes de los flujos de capital, al tiempo que lidian con sistemas sanitarios más deficientes”, dice el FMI. En paralelo, varios de estos mercados entraron en esta crisis en un estado vulnerable, con crecimiento lento y niveles elevados de deuda, según el organismo.

Por otro lado, los mercados maduros serán donde el Covid-19 cause más estragos económicos. Según el FMI, las economías avanzadas serán donde el coronavirus ocasione un mayor impacto, contrayendo su PIB hasta un 6,1% este año.  

Para todo el planeta, el FMI espera que el PIB mundial se contraiga un 3% en 2020. Por ahora, la pérdida acumulada del PIB mundial en 2020 y 2021 debida a la crisis de la pandemia podría rondar los nueve billones de dólares, cifra mayor a la que representan las economías de Alemania y Japón juntas. De darse un segundo brote, podría causar una contracción de la economía mundial del entre el 5% y el 8%.

En el supuesto de que el coronavirus desaparezca, o haya menos contagios, en el segundo semestre, y que las medidas de política adoptadas en todo el mundo funcionen, la proyección del FMI es que el crecimiento mundial repuntará en 2021, con un alza del 5,8%.

Emergentes vs maduros: las economías avanzadas, las más castigadas por la Gran Reclusión

En 1929, la Gran Depresión; en el 2008, la Gran Recesión, y el 2020, la Gran Reclusión. El mundo se enfrenta hoy a una de las mayores crisis de la historia, “sin precedentes”, por la pandemia del coronavirus, que ha llevado a la paralización de la actividad económica de la mayoría de los países del planeta. “El Covid-19 ha perturbado el orden social y económico a una velocidad fulgurante y a una escala que no hemos visto jamás”, dijo la semana pasada Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Sin embargo, la crisis a la que se enfrenta el planeta no afectará de la misma manera a todas las regiones. Según el FMI, las economías avanzadas serán donde el coronavirus ocasione un mayor impacto, contrayendo su Producto Interior Bruto (PIB) hasta un 6,1% en 2020. En cambio, en los mercados emergentes y en desarrollo, la economía caerá sólo un 1%. Con todo, “por primera vez desde la Gran Depresión, las economías avanzadas como las de mercados emergentes están en recesión”.

 

“Muchos países se enfrentan a crisis con múltiples aristas, que comprenden un shock sanitario, perturbaciones económicas internas, derrumbe de la demanda externa, cambios de sentido de los flujos de capital y colapso de los precios de las materias primas”, explica el FMI en el documento. “Estamos ante una lúgubre realidad”, confiesa el organismo.

 

 

 

 

Aunque “el pronóstico está sujeto a una extrema incertidumbre”, de los países maduros, Italia será previsiblemenre el más castigado por la crisis del coronavirus, con una contracción de su economía del 9,1%, según las últimas estimaciones. España será el segundo país más afectado, con una caída de su economía del 8%.

 

El resto de las potencias de Europa, Francia, Reino Unido y Alemania, encogerán su PIB un 7,2%, un 6,5% y un 7% en 2020, respectivamente. En total, el conjunto de los países de la zona euro registrará una contracción del 7,5%.

 

Fuera de Europa, Canadá será otra de las economías avanzadas más castigadas por el coronavirus. El país norteamericano contraerá su PIB un 6,2% este año, mientras que en Estados Unidos la caída será del 6,2%. En Japón, por su parte, la economía sufrirá un descenso del 5,2% en 2020.

 

 

 

 

En cuanto a las economías emergentes, el FMI apunta a una caída del 1%. Estas regiones, además, “se enfrentan a desafíos adicionales relacionados con las reversiones sin precedentes de los flujos de capital, al tiempo que lidian con sistemas sanitarios más deficientes”. En paralelo, varios de estos mercados entraron en esta crisis en un estado vulnerable, con crecimiento lento y niveles elevados de deuda, según el organismo.

 

En China, donde se desencadenó el coronavirus, la economía avanzará sólo un 1,2% en 2020, frente al crecimiento del 6,1% de 2019. En India, por su parte, el PIB crecerá un 1,9% este año frente al 4,2% de 2019.

 

Otras economías emergentes como Rusia, Brasil, Sudáfrica o México sufrirán más el impacto del coronavirus. En el caso de Rusia, el PIB se contraerá un 5,5% este año, mientras que en Sudáfrica la caída será del 5,8%. El PIB de Brasil y México, por su parte, caerá en 2020 un 5,3% y un 6,6%, respectivamente.

 

 

 

 

Para todo el planeta, el FMI espera que el PIB mundial se contraiga un 3% este año. Por ahora, la pérdida acumulada del PIB mundial en 2020 y 2021 debida a la crisis de la pandemia podría rondar los nueve billones de dólares, cifra mayor a la que representan las economías de Alemania y Japón juntas. De darse un segundo brote, podría causar una contracción de la economía mundial del entre el 5% y el 8%.

 

Suponiendo que la pandemia se disipe en el segundo semestre de 2020 y que las medidas de política adoptadas en todo el mundo sirvan para evitar quiebras generalizadas de empresas, pérdidas de empleo y tensiones financieras, la proyección del FMI es que el crecimiento mundial repuntará en 2021, con un alza del 5,8%.

 

Sin embargo, el FMI alerta que “es posible y quizás probable que se registren cifras de crecimiento mucho peores”. “Esto sucedería si la pandemia y las medidas de contención se prolongan, si las economías emergentes y en desarrollo se ven aún más golpeadas, si persisten las condiciones financieras restrictivas, o si se registran secuelas más duraderas y generalizadas debidas a cierre de empresas y desempleo prolongado”, desarrolla el organismo.

 

 

 

 

Garantizar un futuro

Para hacer frente a la situación, el FMI destaca que será necesario abordar la crisis en dos fases: una de contención y estabilización, que será seguida de otra de recuperación. En ambas fases, “las políticas de salud pública y las políticas económicas han de cumplir papeles fundamentales”. “Estas medidas pueden ayudar a evitar una caída de la actividad aún más grave y prolongada, y pueden sentar las bases para la recuperación económica”, añade el organismo.

 

Además, el FMI apunta que los países deben tener en cuenta que la política ha de desempeñar un papel “muy diferente” respecto a anteriores crisis. “En crisis normales, las autoridades encargadas de las políticas procuran impulsar la actividad económica, estimulando la demanda agregada, pero esta vez, la crisis es consecuencia en gran parte de las medidas de contención”. Por lo tanto, la entidad explica que estimular la actividad es ahora “más complicado”, y en algunos sectores, “ni siquiera recomendable”.

 

El organismo señala que las políticas económicas puestas en marcha por los países tendrán que amortiguar el impacto que la disminución de la actividad tendrá en las personas, las empresas y el sistema financiero; reducir los efectos persistentes y más permanentes derivados de la inevitable y fuerte desaceleración, y garantizar que la recuperación económica pueda empezar rápidamente una vez que se disipe la pandemia.

 

 

 

 

El FMI recomienda que las autoridades tendrán que implementar importantes medidas focalizadas en los ámbitos fiscal, monetario y financiero para “respaldar a los hogares y las empresas afectadas”. Según la entidad, las respuestas de muchas economías avanzadas, como Alemania, Estados Unidos o España, ha sido “rápida y considerable”, así como la de algunos mercados emergentes como China o Sudáfrica.

 

Por otro lado, el FMI apunta que las medidas adoptadas por los principales bancos centrales durante las últimas semanas han “apuntalado la confianza y han contribuido a mitigar la amplificación del shock, asegurando que la económica esté en mejores condiciones para recuperarse”. El organismo, además, destaca que, si los países sincronizan sus propuestas, puede tener un efecto potenciado en las economías individuales ya que “una estrecha cooperación multilateral es esencial para superar los efectos de la pandemia”.

“La última vez que la economía mundial se enfrentó a una crisis de esta magnitud en la década de 1930, la falta de un prestamista multilateral de última instancia obligó a los países a salir en búsqueda de liquidez internacional, para lo cual adoptaron vanas políticas mercantilistas que no hicieron sino empeorar la desaceleración mundial”, alerta el FMI. Con todo, la entidad aclara que una de las diferencias con la situación actual es que “ahora contamos con una red mundial de seguridad financiera más sólida” y que, “pese a la gravedad de las circunstancias, hay muchas razones para el optimismo”. 

Logística tras el coronavirus: eficiencia, proximidad y menos intermediarios para mover la moda del futuro

Algodón de Estados Unidos, confección china y consumidor europeo. La moda es uno de los sectores más globalizados del mundo y, por tanto, de los más afectados por la ruptura de las redes globales de logística a causa del coronavirus. Pero más allá del impacto inmediato, esta crisis ha dejado al descubierto las ineficiencias del sistema logístico actual y la escasa flexibilidad de un sector intensivo en mano de obra, con muchos intermediarios y una gran carga de ladrillo.

La principal consecuencia será, coinciden los expertos, que los gigantes de la distribución buscarán alternativas para reducir su exposición al riesgo logístico, especialmente en el sector de la moda, que trabaja con ciclos cortos y stock perecedero y en el que una disrupción como la actual pone en riesgo toda una campaña.

El impacto de la crisis del coronavirus ha sido dramática: el transporte aéreo, por ejemplo, se encuentra actualmente en torno al 20% de su capacidad habitual, aunque ha mejorado en las últimas semanas gracias al uso de algunos aviones comerciales para el transporte de mercancías.

“Muchas producciones están paradas porque no llegan algunos de los componentes o materias primas y tampoco se pueden enviar porque gran parte del tráfico aéreo y marítimo está limitado”, apunta Gopal R, vicepresidente global de transporte y logística de la consultora Frost&Sullivan.

A esta drástica reducción de la capacidad se suma un corte abrupto en la demanda: se espera que el comercio mundial caiga entre un 13% y un 32% en todo el mundo este año, según la Organización Mundial del Comercio (OMC). Las exportaciones de Norteamérica y Asia son las que más sufrirán y, por sectores, aquellos con cadenas de valor más complejas como la automoción o la electrónica, anticipa la OMC.

Externalizar riesgos, saltar al intermediario

La primera consecuencia de esta crisis va a ser la búsqueda de sistemas para externalizar el riesgo y ganar flexibilidad para hacer frente a una crisis similar. En este sentido, el futuro de la logística podría ser un modelo a medio camino entre Netflix y Uber.

En primer lugar, disponer de una tarifa plana por acceder a un servicio que evite picos de coste durante una crisis como la actual o durante otros momentos que tensionan las redes logísticas como el Black Friday.

Por otro lado, implementar sistemas de pay per use, que eviten la inversión en infraestructuras y permitan aumentar o reducir el servicio de forma flexible según la demanda. Es el equivalente en logística a una tendencia que se produce en todos los sectores: del alquiler de ropa a las oficinas flexibles en real estate.

La introducción de este tipo de sistemas supondrá también prescindir de algunos intermediarios que hasta ahora gestionan gran parte del tráfico de mercancías. “El 70% del tráfico aéreo se gestiona a través de sólo 200 intermediarios”, dice Gopal.

“Si en los viajes comerciales hemos pasado de ir a una agencia a reservar a través de Booking o la propia web de las aerolíneas, ¿por qué no puede hacerse igual en logística?”, sostiene el experto, que añade que esta fórmula es también la preferida por los operadores logísticos porque así ganarían visibilidad.

Eficiencia, eficiencia, eficiencia

Otro de los factores clave a futuro será mejorar la eficiencia. “La logística continúa siendo intensiva en mano de obra, y los operadores que ahora están optando por reducir sus plantillas no tendrán capacidad para reactivarse rápidamente una vez se reanude la actividad”, opina Gopal.

En este sentido, esta crisis supondrá una aceleración del proceso de digitalización de la logística, especialmente en la gestión de almacenes, donde se concentra la mayor parte de la plantilla y en el transporte.

Si en los fulfillment centers grupos como Alibaba o Amazon ya han introducido robots como Kiva, en el transporte se impondrán los drones. Esta tecnología, cuyo uso se concentraba en países emergentes con pobres infraestructuras, sólo la emplean uno de cada veinte proveedores logísticos actualmente. Tras esta crisis, el ratio ascenderá a quince de cada veinte, según previsiones de Frost&Sullivan.

Otro de los factores clave será la mejora de la elaboración de previsiones y la eficiencia empleando big datablockchain e Internet de las Cosas (IoT, en sus siglas en inglés). “El just in time es ya algo del pasado, lo que revolucionará ahora la logística es la industria 4.0”, opina Jaume Hugas. “Emplear big data y IoT para poder reaccionar rápido y ajustar las operaciones a la demanda de la forma más flexible posible”, añade Hugas.

“Hay que tener una perspectiva holística de cómo evolucionarán los volúmenes de carga empleando no sólo big data que analice el pasado, sino planteando diversos escenarios a futuro”, coincide Gopal.

 

Redes ‘glocales’, menos transporte

La propia presión de los ritmos del sistema de la moda, sumada a la velocidad que exige hoy el consumidor online, ha motivado en los últimos años cambios en las operaciones y la logística que ahora se verán aceleradas.

Para Jaume Hugas, profesor de Esade, a medio plazo “se reducirá mucho el transporte de mercancías” porque se acercará más la producción a los centros de consumo. “En lugar de enviar tantos productos, enviaremos los diseños digitalmente y se producirán en diferentes unidades del mundo”, apunta Hugas.

El profesor pone como ejemplo el caso de Amazon, que ya envía los libros digitalmente en Estados Unidos y los produce en el centro más próximo al lugar de entrega. “Si esto se traslada a otro tipo de artículos, con impresoras 3D, por ejemplo, nos ahorraríamos gran parte del transporte actual”, sostiene Hugas.

La implantación de medidas de eficiencia y flexibilidad podría, además, compensar en parte el drástico incremento que han registrado los costes logísticos en los últimos años como consecuencia de la presión de la velocidad. “Hasta ahora la frase más escuchada en logística era ‘lo quiero para ayer’; tras esta crisis priorizaremos más la optimización de las redes y su fiabilidad”, dice Gopal.

Eduardo Verdún (EY): “Hacer presión como sector es la principal vía para negociar con la Administración”

Juntos mejor que en solitario. Eduardo Verdún, socio responsable del sector de distribución y productos de consumo de EY Abogados, defiende que hacer frente común es la mejor vía para negociar con las administraciones medidas fiscales para aliviar la presión por la crisis del coronavirus. En un informe publicado ayer por la consultora y The Boston Consulting Group, que prevé que la moda reduzca en un 40% su facturación por el Covid-19, EY propone establecer una mesa de diálogo con técnicos de Hacienda, flexibilizar los Ertes y crear un marco jurídico que ampare las negociaciones con los propietarios de locales comerciales.

Pregunta: ¿Es comparable esta situación con otras crisis?

Respuesta: La más cercana que tenemos todos en la cabeza es la de 2008. Pero la situación de incertidumbre que tenemos ahora no llegó a darse con tanta intensidad entonces y la crisis fue global, pero no en el mismo momento temporal. Hoy, una empresa multinacional no tiene un mercado claro al que acudir para refugiarse. Además, hay un factor emocional por el riesgo sanitario que no existía entonces.

P.: ¿Qué medidas podía tomar el Gobierno para aliviar el impacto de la crisis en el sector de la moda?

R.: Por una parte, una cuestión que preocupa mucho en el sector es el de los arrendamientos. Es una materia crítica que no se ha abordado por la parte del Gobierno. Primero proponemos dar seguridad jurídica para los posibles pactos bilaterales entre arrendador y arrendatario, necesitan un marco jurídico adecuado. En paralelo, habría qué analizar qué ayudas puede aportar el Estado para seguir haciendo frente a esos arrendamientos en unas circunstancias diferentes.

P.: El otro punto clave es el ámbito laboral. ¿Pueden los Ertes por fuerza mayor trasladarse a Ertes por causas de producción?

R.: No está claro. Hay que aclarar también si el hecho de haberse acogido al Erte vaya a obligar a la empresa a mantener el empleo seis meses después del fin del estado de alarma, porque no sé a qué circunstancia me voy a enfrentar entonces. La preocupación del sector es cómo hacer frente a la fase de reapertura.

P.: ¿Qué se podría hacer, además de clarificar esos aspectos?

R.: En el informe se propone una flexibilización de los procedimientos. Muchas veces los convenios laborales son muy estrictos en cuanto a las funciones de cada trabajador, y sería favorable una flexibilización, con límites marcados, para que las empresas puedan ser más ágiles y dinámicas para hacer frente a esta situación.

P.: ¿Cómo debe ser la reapertura?

R.: Otra de las medidas que proponemos es la flexibilización de los horarios comerciales. Las comunidades autónomas tienen competencia para regular los horarios de apertura. Preocupa que esos horarios puedan funcionar como elementos de limitación del reinicio de la actividad.

P.: ¿Qué medidas se pueden tomar en materia fiscal?

R.: Nos hemos encontrado con una casuística inmensa. Tenemos los tributos principales, que son el IVA, el IRPF y el Impuesto de Sociedades, pero también hay planos de tributación local, como terrazas, vía pública, etc. Aunque en el informe se establece una serie de medidas, lo mejor sería formar un grupo de trabajo con funcionarios técnicos de Hacienda y debatir cuáles resultan más viables.

P.: ¿Lo más recomendable sería una condonación, un aplazamiento…?

R.: Sin duda un aplazamiento en el pago de los impuestos. Que automáticamente queden ampliados los plazos hasta el mes que se considere más oportuno. Condonar sin más, en cambio, es muy complejo.

P.: ¿Qué recomendaría a una empresa que no pueda hoy hacer frente a los pagos? 

R.: En lo que se refiere a alquileres, es fundamental que la negociación sea bilateral con el arrendador. No comunicar sin más un impago de la renta. En materia de compromisos fiscales, lo primero es intentar aprovechar al máximo las oportunidades que ya tenemos: la posibilidad de solicitar mejoras de financiación avaladas por el Estado, revisar con mucho cuidado las medidas en término de aplazamiento de medidas tributarias que ya existen… Muchas veces el problema es que ahora las empresas no tienen caja pero sí tienen previsión de tenerla a medio plazo, por eso hay que aprovechar la financiación.

P.: ¿Es necesaria unidad en el sector para abordar estas negociaciones?

R.: Totalmente. El factor asociativo es fundamental, hacer presión como sector es la principal vía para negociar: uno solo frente a la Agencia Tributaria no va a llegar muy lejos y dejar de pagar no es recomendable. Somos conscientes de que dentro del sector hay una gran heterogeneidad, pero las medidas que presentamos afectan de una u otra forma a todos. Además, por experiencia es más fácil sentarnos a negociar si venimos acumulando la representación del sector que si lo hacemos a nivel individual.

P.: ¿Qué podemos aprender de la gestión de la crisis de 2008?

R.: Hay que ser conscientes de que el sector no había dejado del todo atrás la crisis de 2008. Las curvas de empleo y la cifra de negocio no habían llegado a los de 2005 y 2006. La situación de partida no es igual ni en términos de endeudamiento ni en términos de empleo o ventas. La situación de partida es mucho peor a la que se tuvo en 2007 y 2008 y eso debe dar una mayor preocupación.

P.: ¿Pueden los problemas de liquidez convertirse en problemas de solvencia a medio plazo?

R.: Por supuesto. Y va a depender de la evolución del comportamiento del consumidor una vez que las medidas de confinamiento empiecen a relajarse. Dependerá de qué seguridad tengamos de poder contagiarnos o no. Si esa protección no está suficientemente asegurada y, desde luego no lo está a día de hoy, la reapertura puede hacer que continuemos en una situación de negocio muy difícil.

P.: ¿Las medidas deben entonces extenderse más allá del estado de alarma?

R.: Las más inmediatas son para ayer. Pero después se tiene que trabajar para la fase de reapertura, que es absolutamente crítica, con herramientas como la mesa fiscal. Hay que prever una serie de medias de reforzamiento o de mejora.

P.: ¿Qué escenario manejan?

R.: Si el estado de alarma continúa, más o menos, hasta mediados de mayo, la reapertura será escalonada. Cómo lo haga dependerá de cómo haya evolucionado el tratamiento de la enfermedad y hay un factor de comportamiento del consumidor que es imprescindible ahora mismo. 

Los gigantes de la relojería de lujo preparan una nueva feria en Ginebra tras abandonar Baselworld

Los gigantes de la relojería plantan cara a Baselworld. Después de abandonar la mayor feria de relojería, los pesos pesados del sector se han unido con Watches and Wonders para poner en marcha un evento en Ginebra. Compañías como Rolex, Patek Philippe, Chopard o Tudor son las que formarán parte del nuevo certamen, que tendrá lugar en abril de 2021.

La feria Watches and Wonders está organizada por el Salón Internacional de la Haute Horlogerie y cuenta con dos espacios: un salón para empresas b2b y otro dedicado exclusivamente al público final. El evento también se realizará en Miami en febrero de 2021.

Desde hace varias ediciones, Baselworld ha ido perdiendo expositores. En el último certamen, en marzo de 2019, la mayor feria de relojería y joyería del mundo, ubicada en Basilea, atrajo a un 20% de expositores menos.

En una declaración conjunta, varias empresas declararon su desacuerdo con la administración de Baselworld, así como “su incapacidad para responder a las necesidades y expectativas de las marcas”.

El coronavirus golpea los bolsillos: el 40% de los españoles prevé un impacto “negativo y duradero” en su gasto

El coronavirus impacta en el bolsillo de los españoles. Cuatro de cada diez consumidores prevé un impacto “negativo y duradero en su gasto” y el 48% afirma haber reducido sus ingresos desde el comienzo del confinamiento, según datos del estudio El Pulso del Consumo, de McKinsey&Company.

Los españoles se encuentran entre los consumidores más pesimistas de Europa. Frente al 40% de los españoles, el 36% de los consumidores franceses y el 38% de los portugueses temen que haya un impacto negativo en el gasto a largo plazo. En el caso de los italianos, el 32% respalda esta opinión, frente al 27% de los británicos y el 12% de los alemanes.  

La economía es, junto con la salud, la mayor preocupación de los españoles: el 83% de los encuestados afirma estar “intranquilo” por el impacto negativo del Covid-19 sobre la evolución de la economía.

Por grupos sociales, la Generación Z es la menos pesimista ante la situación, con sólo el 33% de los consumidores preocupados. En el caso de los millennials, el 34% es pesimista frente al 43% de la Generación X y el 44% de los boomers.

Ante el impacto en las finanzas domésticas, el 48% de los españoles afirma haber reducido sus ingresos, mientras que el 46% ha reducido sus gastos durante el periodo de confinamiento. “El fenómeno de contención de gasto se reproduce, además, en casi todas las generaciones de modo similar”, explican Jorge Omeñaca y Carlos Sánchez, de McKinsey. Según los consultores, afirman que sólo los boomers reducirán sus gastos más que sus ingresos durante las próximas semanas.

Respecto a la evolución del gasto por categorías, la alimentación, el ocio y los productos para el hogar han sido las únicas que no se han visto afectadas, registrando incremento del 14% y del 8%.

La caída del consumo se muestra “especialmente significativa” en categorías como moda, viajes u hostelería, donde se registran caídas superiores al 70%. El online, por su parte, muestra una tendencia positiva únicamente en el ocio ya que las demás categorías de compra por Internet han caído en intención de compra, según el informe.

Para el futuro, McKinsey se basa en la evolución de los efectos de la pandemia en aquellas regiones que ya han reanudado su actividad, como China o Corea del Sur. “La intención de compra se recupera en prácticamente todas las categorías”, explican los consultores. “De forma adicional se observan algunos cambios de patrón con respecto a los niveles pre Covid-19, incluyendo el uso de nuevos canales de compra”, añaden.

La economía mundial se contraerá un 3% en 2020 por el coronavirus

De la Gran Depresión a la Gran Reclusión. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) mundial se contraiga un 3% en 2020 como consecuencia del coronavirus.

Para 2021, el organismo estima que la economía mundial rebote y registre un crecimiento del 5,8%. Sin embargo, el FMI subraya que “esta recuperación es sólo parcial, ya que se prevé que el nivel de actividad económica en 2021 se mantenga por debajo del proyectado antes del coronavirus”.

Las previsiones del organismo también pasan por que el brote de la pandemia alcance su punto máximo en el segundo trimestre en la mayoría de países, y se desvanezcan en la segunda mitad del año. Para el FMI, un segundo brote en 2021 podría causar una contracción de la economía mundial del entre el 5% y el 8%.

“Es muy probable que este año la economía mundial experimente su peor recesión desde la Gran Depresión, superando lo acontecido durante la crisis financiera mundial hace una década”, señala el organismo en su nuevo informe sobre las perspectivas económicas mundiales publicado hoy.

FMI: el PIB de España se hundirá un 8% en 2020 por el coronavirus

Gita Gopinath, economista jefe del FMI

Nuevas perspectivas para la economía española por el coronavirus. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) de España se contraiga un 8% en 2020 por el Covid-19. En paralelo, el paro aumentará hasta el 20,8% este año y se registrará una caída de los precios del 0,3%. Se trata de los peores datos para España desde la Guerra Civil.

En su último informe de estimaciones publicado hoy, el organismo prevé que la economía española rebote en 2021 y registre un crecimiento del 4,1%, lo que supone una corrección al alza de 2,7 puntos con respecto a las estimaciones del pasado enero. Para 2020, las previsiones del pasado enero eran de un crecimiento del 1,6%. 

“Es una crisis como ninguna otra”, ha señalado Gita Gopinath, economista jefa del FMI. La experta ha señalado que a la magnitud del shock hay que sumar la incertidumbre sobre su duración o intensidad. “Es muy probable que la economía global experimente su peor recesión desde la Gran Depresión”, ha añadido Gopinath.

La contracción del PIB de España es la segunda mayor de los países europeos. En Italia, la economía se reducirá un 9,1% este año, mientras que Francia y Alemania experimentarán descensos del 7,2% y del 7%, respectivamente. En el conjunto de la zona euro, el PIB caerá un 7,5% y repuntará un 4,7% en 2021, según el FMI.

La tasa de desempleo en el resto de países europeos también se disparará en 2020. En Italia, el paro crecerá un 12,7% este año, mientras que en Francia, el desempleo alcanzará el 10,4% mientras que en Alemania llegará al 3,9%.

FM: el PIB de España se hundirá un 8% en 2020 por el coronavirus

Nuevas perspectivas para la economía española por el coronavirus. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) de España se contraiga un 8% en 2020 por el Covid-19. En paralelo, el paro aumentará un 20,8% este año y se registrará una caída de los precios del 0,3%. Se trata de los peores datos para España desde la Guerra Civil.

En su informe, el organismo prevé que la economía española rebote en 2021 y registre un crecimiento del 4,1%, lo que supone una corrección al alza de 2,7 puntos con respecto a las estimaciones del pasado enero.

“Es una crisis como ninguna otra”, ha señalado Gita Gopinath, economista jefa del FMI. La experta ha señalado que a la magnitud del shock hay que sumar la incertidumbre sobre su duración o intensidad. “Es muy probable que la economía global experimente su peor recesión desde la Gran Depresión”, ha añadido Gopinath.

La contracción del PIB de España es la segunda mayor de los países europeos. En Italia, la economía se reducirá un 9,1% este año, mientras que Francia y Alemania experimentarán descensos del 7,2% y del 7%, respectivamente. En el conjunto de la zona euro, el PIB caerá un 7,5% y repuntará un 4,7% en 2021, según el FMI.

La tasa de desempleo en el resto de países europeos también se disparará en 2021. En Italia, el paro crecerá un 12,7% este año, mientras que en Francia, el desempleo alcanzará el 10,4% mientras que en Alemania llegará al 3,9%.

En paralelo, en el conjunto de los países de la zona euro, los precios se elevarán en dos decimas este año, y en un punto porcentual en 2021. Italia registrará un alza de precios del 0,2%, mientras que Francia y Alemania cerrarán el año con una inflación de tres décimas cada uno.

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