El mercado dominicano de valores tiene un potencial de inversión muy positivo para este año, dado que hay inversionistas con importantes sumas de recursos disponibles, hay necesidad de financiar capital de trabajo de proyectos empresariales y hay un marco legal adecuado para el crecimiento del sector.
El potencial de inversión en la actualidad asciende a UD$29,000 millones, es decir una suma superior a 1.5 billones de pesos dominicanos, de acuerdo con los cálculos de la Superintendencia del Mercado de Valores (SIMV).
El sector que cuenta con mayores recursos para invertir es el de fondos de pensiones, que tiene US$13,075 millones, de su patrimonio administrado. Según la SIMV, los bancos múltiples tienen un potencial inversionista de US$4,975 millones, de valores en custodia, en tanto las compañías de seguros cuentan con US$704 millones, provenientes de inversiones de sus reservas.
Por el lado de los fondos de inversión, el potencial es de US$1,108.3 millones, suma a la que se añaden US$1,012 millones de inversiones que manejan los intermediarios de valores.
Hay otras dos fuentes de potenciales inversionistas para el mercado local. Se trata de los inversionistas extranjeros y de los activos que tienen los ciudadanos dominicanos en EE. UU., pero que no son residentes allí. La SIMV estima que los primeros tienen US$1,457 millones, de valores en custodia, mientras que el segundo grupo tiene un potencial de US$6,586 millones, correspondientes a inversiones en valores y depósitos.
Todas esas cifras dan una idea de todo lo que puede crecer el mercado de valores en este y los próximos años. Y a esa proyección, se debe añadir el hecho de que hay varios factores que inducen a pensar que, como dice el superintendente Gabriel Castro, “¡la mesa está servida!”.
Al respecto, cita en primer lugar la existencia de un marco legal “robusto, adecuado y actualizado a los estándares internacionales”. Se refiere a las leyes 249-17 (del mercado de valores), 189-11 (desarrollo del mercado hipotecario y fideicomiso) y 87-01 (sistema de seguridad social).
Para Castro, otro factor a favor estriba en que las empresas “requieren de fuentes de financiación competitiva a mediano y largo plazo”,y justo el mercado de valores es el medio ideal para ambas opciones. “Las empresas requieren capital para potenciar su crecimiento económico”, reitera el funcionario.
Pero hay más. En el análisis de Castro, otro factor a favor del mercado es la necesidad de crear nuevos instrumentos de inversión a los fondos de pensiones, que cuentan con una amplia capacidad de recursos.
Poder de inversión
En ese marco, está también la consideración de que, tal como lo demuestran las cifras citadas, existe disponibilidad de ahorros para financiar proyectos públicos y privados.
E insiste el Superintendente en que, precisamente como complemento de la anterior premisa, “hay inversionistas con importantes recursos dispuestos a invertir en instrumentos para el desarrollo de proyectos de infraestructura en el país”.
La suma de las consideraciones de marco legal, necesidad de financiamiento y potencial de recursos llevan a Castro a concluir que “todos los factores están alineados para producir las inversiones necesarias en el sector real de la economía, el sector gobierno, y servicios para impulsar el desarrollo económico y social del país”.
Gabriel Castro, superintendente del Mercado de Valores (SIMV): «Hay inversionistas con importantes recursos, dispuestos a invertir en instrumentos para el desarrollo de infraestructura en el país».
El año pasado terminó con 33 emisores, 45 ofertas públicas, cinco emisores diferenciados, 45 fondos de inversión y seis fideicomisos de oferta pública. De acuerdo con la SIMV, los emisores inscritos son los siguientes: Consorcio Remix, EGE Haina, Cemento PANAM, APAP, Asociación Cibao, Dominican Power Partners, Banco de Reservas, Blue Mall, Banco Popular, Motor Crédito, Consorcio Energético Punta Cana Macao, CEPP, Acero Estrella, La Nacional, United Capital, Banco BHD León, GB Group, Edenorte, Edesur, Banco Promerica, Banco Adpem, ALAVER, Banco Confisa, Banco BACC, Banco Caribe, Banco Ademi, Banfondesa y Bandex.
Otras dos consideraciones destaca la SIMV sobre la evolución del mercado en 2019: el portafolio de los fondos de inversión, que incluye edificios corporativos, estaciones de servicio, sucursales bancarias, sociedades constructoras y hoteles, y los fideicomisos de oferta pública, que al cierre de noviembre tenían un monto aprobado de US$37,235.4 millones.
También son indicadores del buen momento del mercado, los 16.632 aportantes en fondos abiertos, las más de 90,000 cuentas registradas, los US$23,000 millones en valores en custodia, el 64 % del PIB en volumen liquidado y los US$52,200 millones liquidados.
Una de las máximas responsabilidades de la SIMV es la reglamentación de Ley 249-17. Al cierre del año pasado, ya contaba con diez reglamentos aprobados, de los 17 previstos en la norma.
Los aprobados
Ya están aprobados los reglamentos del Consejo Nacional del Mercado de Valores, de tarifas por regulación y servicios de la SIMV, y de prevención del lavado de activos.
También están aprobados los reglamentos de gobierno corporativo, de operatividad del mercado OTC y sistemas de registros de operaciones, de operación de los mecanismos centralizados de negociación, y de depósitos centralizados y sistemas de compensación y liquidación.
Igualmente, los de intermediarios de valores, oferta pública y de fondos de inversión y sociedades administradoras de los mismos.
En consulta pública, estaban los reglamentos de gestión de riesgos para intermediarios y de modificación del manual de contabilidad para Intermediarios.
Al fin de año, estaban en proceso de elaboración los reglamentos de procedimiento de sanciones, calificadoras de riesgo, proveedores de precios, fiduciarias de oferta pública, titularización, supervisión a los participantes del mercado, y el de hechos relevantes e información privilegiada.
Para el Superintendente Castro, el reglamento de oferta pública es muy valioso para el mercado de valores, porque tiene simultáneamante cuatro retos: la modernización del mercado de valores, su armonización con el desarrollo del resto de reglamentos, favorecer la presencia de pequeños inversionistas y desarrollar el mercado de acciones.
¿Cuáles son las novedades que este reglamento tiene?
Castro las resume en cuatro: un régimen simplificado para la autorización para ofertas públicas de renta fija dirigidas a inversionistas institucionales y para emisores recurrentes, un mercado variable de acciones, acceso a las pymes como emisores, y calificación de riesgo voluntaria para renta fija destinada a inversionistas institucionales.
El funcionario considera que este reglamento trae notorios beneficios a la empresa dominicana, entre los cuales cita la disminución de los plazos de autorización de ofertas públicas y la flexibilización en la información que se debe revelar en un prospecto.
También son positivos, en su opinión, la reducción de los requerimientos para solicitar la autorización de una oferta pública y el incremento en el plazo para colocar valores. De igual modo, enfatiza, este reglamento prevé menores costos de tramitación para el emisor, por cuanto se simplifican los procesos de autorización.