Mucho más que un empresario
Cubano de nacimiento, pero dominicano por elección. Con más de 30 años de residencia en República Dominicana, este hombre diversificó sus negocios, desde los que tuvo en la industria textil en las décadas de los 70 y 80 en Nueva York y Miami, hasta los que desarrolló en el país: bienes raíces, resorts, hoteles y banco. Actualmente, sus proyectos turísticos se expanden a Santo Domingo, Juan Dolio, Punta Cana y próximamente a Samaná, aunque tiene grandes planes aún para su querida “Ciudad Corazón”.