Las bolsas de valores aún no superan su marzo negro
Son reflejos cotidianos de lo que ocurre en sus economías, espejos de lo que anticipan los grandes inversionistas y trompetas de advertencia sobre los peligros que vienen. Son las bolsas de valores, puntos donde confluyen vendedores de medios de inversión y compradores de los mismos. Estado y empresa privada acuden a tales instituciones como epicentros de grandes flujos de capital.
Las bolsas de valores en los cinco continentes saltaron en pedazos cuando la pandemia del coronavirus se regó por el mundo, llenando de miedo a los inversionistas que, ante el temor a una depresión, se apresuraron a ofrecer en venta sus valores para encontrar escasos compradores, arrastrando los precios al abismo. Igual ocurría con las divisas, mientras la búsqueda loca de dólares hundía las tasas de cambio. Todo eso se juntó en marzo para provocar dos lunes negros consecutivos, que dejaron ejércitos de perdedores.
Tras esas conmociones, los mayores mercados de valores han mostrado tendencias de recuperación, pero aún a niveles inferiores a las bajas de marzo y con periódicas recaídas, que neutralizan las alzas. La incertidumbre rodea el mundo financiero.
En la edición de abril de revista Mercado, presentamos un informe sobre lo que ocurrió en los mercados de valores y porqué se hundieron en proporciones desconocidas. Fueron parte del colapso mundial que produjo el nuevo enemigo que tiene el planeta: el COVID-19.
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