Ralph Lauren toma medidas ante el coronavirus: suspende a los empleados de tienda y reduce el salario de la alta dirección

Ralph Lauren toma medidas ante el coronavirus. La compañía estadounidense de moda se ha sumado a las medidas tomadas por otros grupos del sector y ha suspendido a los empleados de tienda y reducido el salario de la alta dirección.

El grupo, que mantiene cerradas sus tiendas de Europa y Norteamérica, pagará el salario de sus empleados hasta el próximo 11 de abril. Sin embargo, la plantilla mantendrá sus beneficios.

En paralelo, la compañía ha reducido en un 20% el salario de la alta dirección, mientras que Patrice Louvet, consejero delegado de Ralph Lauren, ha recortado su sueldo un 50%. Ralph Lauren, fundador y director creativo de la empresa, ha renunciado a su remuneración hasta final de ejercicio.

Otras compañías estadounidenses del sector, como Under Armour, PVH, Urban Outfitters, Guess o Gap también han tomado medidas similares ante el avance de la pandemia en el país.

Abercrombie: despidos temporales y recorte de sueldo ante el coronavirus

Abercrombie&Fitch traza un plan de contingencia ante el coronavirus. La compañía estadounidense de moda ha suspendido temporalmente a sus empleados de tienda en Norteamérica y Europa ante el avance de la pandemia. La plantilla mantendrá sus beneficios.

En paralelo, la empresa también ha reducido la jornada y rebajado el sueldo de un 15% de sus empleados de oficina en todo el mundo ya que “no es posible trabajar full time ante estas circunstancias”, ha señalado en un comunicado.

Por otro lado, la empresa ha reducido entre un 10% y un 33% el salario de la alta dirección, mientras que el sueldo de los miembros del consejo de administración de la empresa se ha recortado un 50%.

Abercrombie&Fitch ya anunció que dispondrá de 210 millones de dólares de su línea de crédito revolving para obtener financiación ante la crisis del coronavirus.

El dueño de Michael Kors extiende el cierre de tiendas hasta el 1 de junio

Capri también se aprieta el cinturón por el coronavirus. El grupo, dueño de Michael Kors, Versace y Jimmy Choo, mantendrá sus tiendas en Norteamérica y Europa cerradas al menos hasta el 1 de junio, según ha explicado la empresa en un comunicado.

Los casi 7.000 empleados del grupo en Norteamérica serán suspendidos desde el 11 de abril. “La empresa prevé que requerirá una plantilla más pequeña para la reactivación de su negocio después del Covid-19”, ha señalado Capri.

Además, el grupo ha puesto en marcha un plan de ajuste que pasa por reforzar su liquidez y reducir costes. “El impacto del Covid-19 en el mundo y en la economía global cambia rápidamente de un modo que no podíamos haber anticipado”, ha asegurado John D. Idol, presidente y consejero delegado del grupo.

“Es un momento muy desafiante para nuestro negocio; dado nuestro tamaño y escala, creemos que Capri está bien posicionado para operar su negocio pese a esta situación sin precedentes”, ha añadido.

A 1 de abril de 2020, Capri tiene una caja de 900 millones de dólares y ha dispuesto al completo de su línea de crédito de 300 millones de dólares. Además, el grupo ha recortado un 50% el salario del consejo de administración, y tanto John D. Idol como Michael Kors, Donatella Versace y Sandra Choi, directora creativa de Jimmy Choo, han renunciado a su salario para el ejercicio 2021.

La empresa está explorando “oportunidades” para reducir los salarios de distintos niveles organizativos en torno a un 20%. Además, el grupo prevé recurrir a programas de ayuda públicos en Europa, reducir sus compras y renegociar otros pagos para “mantener su flexibilidad a largo plazo”.

Capri también reducirá “significativamente” su capex en 2021 y eliminará todos los costes operativos no esenciales, lo que pasa por reducir el gasto en márketing, retrasar o cancelar nuevas aperturas y suspender la implementación de sistemas “innecesarios”.

Toni Segarra: “Ahora mismo hay que hacer lo más posible y decir lo menos posible”

¿Te gusta conducir? o ¿A qué huelen las nubes? son preguntas instaladas en el imaginario colectivo que se deben a Toni Segarra, uno de los publicistas más influyentes de España. En una entrevista a través de videoconferecia, Segarra reflexiona sobre las condiciones del momento, en pleno confinamiento por el Covid-19, en el que no procede comunicar para vender. Sin embargo, a su juicio no llegará muy tarde el momento de salir a la calle y la moda tedrá entonces un buen entorno. “La moda no deja de ser la expresión de nuestra vida social, de cómo nos queremos expresar”, asegura. Y concluye: “en un mundo cada vez más virtual y fragmentado, las marcas son fundamentales, si no lo creyera, no trabajaría en esto”.

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las incógnitas de la moda después del coronavirus

Pregunta: ¿Esta crisis lo cambiará todo?

Respuesta: Diría que van a cambiar cosas muy profundas, por otro lado, sospecho que el ser humano tiene sus querencias y cuando nos dejen salir vamos ha tratar de hacer más o menos lo que hacíamos. De hecho, creo que vamos a tener un síndrome de abstinencia que se va a desatar con una cierta prudencia, ya que se ha generado mucho miedo. Es bastante curioso estos días viendo la televisión cómo te sorprenden las actitudes de la gente en las películas, que se abracen, que se toquen, que recojan cosas del suelo, cosas que nosotros no podemos hacer. Quiere decir que se nos está quedando un mecanismo de defensa distintivo que inevitablemente va a durar. Por otro lado, habrá fuerzas interesadas a nivel político y económico que tratarán de llevar la situación a los lugares que le interesen. Es evidente que nos estamos digitalizando a marchas forzadas y es muy probable que el proceso de transformación digital que se había producido de manera tímida acabe siendo definitivo ahora, o las ventas online. Pero también tengo la sensación de que el regreso de una realidad en la que podamos salir a la calle recupere al retail, que estaba en una cierta crisis. Es imposible saber qué va a pasar, las fuerzas van a luchar, habrá una guerra y habrá cosas que van a quedar para siempre. Estamos pasando de una cultura de guerra a otra que tiene que ver con amenazas distintas. Saldremos con una sociedad más obsesionada con la salud, el control y ciertos miedos físicos. Habrá un conflicto de ideas que lucharán por imponerse.

P.: Hablemos de 2020: ¿Es un buen momento para comunicar?

R.: No. Va a ser un buen año para hacer algo que las marcas ya deberían haber hecho, que es comunicar haciendo. Inevitablemente hoy toca ayudar, estar cerca de los clientes y tratar de poner las facilidades posibles para una situación complicada. Hay que hacer lo más posible y decir lo menos posible. Creo que no se va a entender muy bien malgastar dinero en comunicación gratuita. Inevitablemente 2020 va a ser un año de reflexión, de parón. Va a haber prudencias que se van a extender a lo largo del año y deberíamos aprovecharlo para pensar. Lo que noto estos días es ganas por parte de las marcas y lo clientes de pensar. Tratar de imaginar escenarios y preparar la salida.

 

P.: ¿Qué hay que comunicar? ¿Valores o RSC?

R.: Habíamos pasado de la efervescencia del RSC a la efervescencia del propósito. Es una cosa que me sorprendía mucho, las marcas que no tenían propósito, compromiso o punto de vista con el mundo. Ahora más bien lo que hay es una emergencia y necesidad de ayudar en la medida de lo posible. Si tienes un banco, que las empresas no queden tan dañadas, o si tienes una empresa de alimentación, que los consumidores tengan comida. Al final no queda otra que hacer lo básico, hoy el gran lujo es que tengamos lo de siempre.

P.: ¿Cómo se puede aprovechar este tiempo desde el punto de vista de la comunicación?

R.: Hay un proceso inevitable que es repensar lo básico. La crisis nos ha hecho ver la frivolidad de muchas cosas que hacemos, o de lo que hacíamos hace dos semanas, que ahora nos parece casi ficticio. Lo que permite esta situación es repensar lo básico, qué he venido a aportar a la sociedad como marca o compañía. Obviamente quiero ganar dinero y progresar, pero tiene que venir en consecuencia de algo que aportes a la sociedad, aunque sea un producto más barato, fácil de consumir o bonito. Tengo la sensación de que en los últimos años o décadas, que han sido muy financieras, esto se ha olvidado en pos del crecimiento, del cortoplacismo, de una economía muy del accionista, antes de pensar en qué ofrezco al mercado. Al final el mercado es un lugar donde damos lo que nos parece que podemos ofrecer a la gente y obtenemos algo a cambio, dinero, fama o prestigio. En ese mercado, toca repensar si efectivamente lo que ofrecemos es valioso hoy, donde lo valioso tiene más valor que nunca. 

P.: ¿Es un buen momento para ser directivo del sector de la moda?

R.: Lo que me fascina de la situación es precisamente eso. Lo que está ocurriendo obliga necesariamente repensar todo. No veo por qué la moda tenga que salir perjudicada más allá de este parón terrible de la situación. Saldremos con ganas de vivir, de viajar, de ir a restaurantes, de juntarnos, y al final la moda no deja de ser la expresión de nuestra vida social, de cómo nos queremos expresar, de cómo queremos ser vistos, ligar… Es nuestra campaña de publicidad, y no veo a priori que tenga que haber problemas con la moda más allá de esta reflexión humana después de este proceso tan traumático.

P.: Algunos directivos comparan la crisis actual con la guerra. ¿Qué rol debe tener la moda?

R.: El ejemplo de repartir pintalabios después de una guerra me sirve para explicar la importancia de lo que entendemos por cosas innecesarias. A menudo la moda se incluye en ese universo de lo inútil, de lo fatuo, de lo que el mercado te obliga a comprar porque te manipula. En cambio, esta historia demuestra que lo más frívolo del mundo puede llegar a ser una necesidad para el ser humano, la necesidad de estar guapa de una mujer aun en el momento traumático. Efectivamente, después de un golpe moral como el que vamos a recibir, la necesidad de autoestima, crecimiento, belleza y proximidad va a ser enorme, y eso la moda nos lo da.

P.: ¿Está aprovechando la moda para publicitarse?

R.: Justo en este momento se entendería mal, del mismo modo que es un momento difícil para hacer chistes o según qué comentarios. Del mismo modo que hay cosas que no se pueden decir hoy por una cuestión de respeto, para la moda tampoco es el momento. Pero porque tampoco es el momento de decir prácticamente nada. Es el momento de hacer. Y la moda en ese sentido poco puede hacer. Yo creo que llegará luego el momento para salir a la calle. 

P.: ¿Cuándo es estético comunicar para volver a vender?

R.: Habrá un momento en que nos daremos cuenta de que lo que no podemos hacer es que nos entre del miedo, de convencimiento social de que hay que volver a consumir, comprar y vivir, básicamente. No creo que sea muy tarde. En cuanto podamos salir, habrá un momento casi por responsabilidad social, en el que tendremos que volver a consumir, tendremos que gastarnos el poco dinero que nos quede en mover la economía, porque sino eso sí que nos va a matar.

 

P.: ¿Las marcas serán más relevantes o menos?

R.: En un mundo cada vez más virtual y fragmentado, las marcas son fundamentales, si no lo creyera, no trabajaría en esto. Al final elegimos por afinidades emocionales, querencias, y eso lo provocan y generan las marcas. Esa capacidad que tenemos de querer a unas más que a otras, y que al final tiene que ver con lo emocional se consigue trabajando en marca. Por otro lado, la marca no deja de ser el producto, el cómo se explica, cómo actúa la compañía, esas cosas que hacemos y que comunicamos construyen percepciones, y eso es la marca. Aunque tú no la trabajes, alguien lo hace, todo el mundo tiene una idea de ti, y eso es tu marca. Es mejor que la controles tú.

P.: ¿Viene un momento en el que será más importante la autenticidad?

R.: Sí, inevitablemente todos estos golpes tan duros que devuelven a la realidad al ser humano lo que hacen es eliminar mucha superficialidad y mucha capa que antes no tenía valor. Vamos a partir de una desnudez, de lo mínimo posible y vamos a volver a construir esas capas, que al final son las capas de la moda, de aparato y belleza. Esas capas de cosas innecesarias que nos permiten sobrevivir y nos hacen felices. En un primer momento lo que va a haber es un adelgazamiento y desnudez.

P.: Dígame alguna compañía célebre después de una crisis o que haya nacido en un momento como el actual.

R.: Justo después de la Segunda Guerra Mundial se produjo un fenómeno parecido al que se estaba produciendo antes de esta crisis del coronavirus, que es la transformación tecnológica del mundo. Lo que ocurrió entonces fue que muchos productos se testan durante la guerra, como el arroz. Hubo una empresa que mejoró el arroz, con una variedad más resistente a los parásitos y fácil de cocinar, y nadie lo quiso por no pagar el sobreprecio del mercado, y al final lo consumió el ejército. Ese test en la guerra hizo que se convirtiera en el nuevo arroz. Después de esta crisis estoy seguro de que aparecerán productos, hábitos de conducta que testaremos en este momento y que nos permitirá testar modelos y productos que pasarán a la vida cotidiana, como nuevas formas de trabajo, venta o comunicación. Todo esto que venía de un mundo que no estaba convencido de que podría ocurrir, se convencerá. La Segunda Guerra Mundial fue un campo de tests de productos que luego saltaron al mercado. De hecho, la gran explosión del mercado y las marcas viene después de esa guerra, que se tuvieron que anunciar, y debieron tener un nombre y una personalidad.

P.: ¿Qué marcas sobreviven: las de toda la vida o las nuevas?

R.: Ambas. Hay una cierta recuperación de lo serio y de lo que siempre ha funcionado, de menor frivolidad. Pero también es verdad que hay necesidades nuevas que resuelven compañías nuevas. Lo que siempre sufre es lo del medio.

P.: ¿Es un momento en que la moda debe tener una estrategia como sector?

R.: Lo que ha ocurrido es que muchos productos que no eran moda han adoptado estrategias de moda, como el móvil. La prueba es Apple, que fichó a Angela Ahrendts y se ha concebido a sí mismo como un producto de lujo y de moda. Ahora un móvil dice tanto de nosotros mismos como un abrigo de Prada. Por otro lado, es verdad que la sostenibilidad ha golpeado especialmente al negocio de la moda, hay una cierta sensación de que hemos comprado demasiado. A todos nos ha ocurrido que hemos abierto el armario y hemos pensado en qué momento hemos comprado todo esto, y todos estos son mensajes difíciles de quitar de la cabeza de la gente porque al final está en su casa. La moda lo que tiene que hacer es un acto de contrición. La campaña de Adolfo Domínguez es una buena reflexión. Es un sector al que le ha caído encima la sostenibilidad, y tiene que reaccionar. Pero también vivimos en una sociedad de moda, la prueba es que los productos que compiten con la moda lo hacen con estrategias de moda, y que la moda resurgirá. Pero tiene que repensarse, hay desafíos muy graves.

P.: Después de la crisis, ¿los drivers del consumo son más prácticos o de aspiración?

R.: La moda siempre es reflejo de personalidad, estilo, emoción y expresión. Los drivers continuarán siendo fundamentalmente emocionales y de personalidad. Más allá de eso, una de las maneras de enseñar tu personalidad es demostrar que te preocupa el planeta y los demás, y eso la moda lo tiene que mostrar con actitudes irrebatibles: dónde fabrico, con qué materiales… habrá una cosa que hacer y es explicar todo lo que la gente que compra esa moda quiere expresar. Y eliminar esa tendencia a la frivolidad de los últimos años.

 

P.: ¿Asia puede ser capital cultural?

R.: Económicamente es obvio, el mercado está allí y la economía está allí, seguramente por un equilibrio. La clase media ha crecido allí y ha degenerado aquí. Creo que es inevitable que el poderío económico se traslade, ya lo está haciendo, al eje Pacífico. Más allá de eso parece que hay una tendencia peligrosa a entender que la manera asiática de gobernarse, más de control y disciplina, parece que está más preparada para enfrentarse a lo que estamos viviendo. Parece que están mejor preparados ante este tipo de situaciones y es preocupante.

P.: ¿Europa tiene aquí algo que decir?

R.: Somos referencia moral, intelectual y cultural. Pero corremos el riesgo de hacerlo tan mal que caigamos en la irrelevancia y nos convirtamos en un parque de atracciones, o un retiro de viejos. Pero quiero creer que el modelo que hemos construido es el modelo correcto.

P.: ¿Y particularmente los españoles e italianos?

R.: Me gustaría pensar que no. Estamos sufriendo el coronavirus porque nos tocamos, nos abrazamos, nos besamos y salimos a la calle. Eso, que es la esencia de la civilización y la sociedad es lo que ataca el virus. ¿Vamos a dejar de ser como somos porque el virus nos ataca? Intentemos curarnos, pero no perder el valor de lo que tenemos.

Los outlets online ‘renacen’: la avalancha de stock alimenta el negocio del modelo Vente Privee

Las plataformas online de venta de stocks de marcas de moda empiezan a tomar posiciones. A lo largo de los últimos días, según confirman diversas compañías consultadas por Modaes.es, los equipos de los outlets online se han reactivado en busca de los stocks que empiezan a acumularse en el sector de la moda. La avalancha de producto disponible en los almacenes de las marcas fruto de la paralización de la actividad del comercio por la crisis del coronavirus da alas al modelo de negocio de operadores como Veepee (antes Vente Privee), que en los últimos años había debido adaptarse por la disminución de stock, y lleva gasolina al motor de los outlets de gigantes como Zalando.

Los outlets online, con Vente Privee y Privalia (hoy integradas en el mismo grupo), ejercieron como detonadores del comercio electrónico en España. En 2006, un año antes del estallido de la crisis económica, Privalia y BuyVIP (esta última hoy desaparecida tras pasar a manos de Amazon) importaron de Francia el modelo de negocio de venta online de stock de marcas de moda, que operadores como Vente Privee y otros ya explotaban.

El formato encontró en España un terreno abonado: el descenso del consumo comenzaba a dejar a las marcas con un stock rebosante, la competencia online en el sector era todavía muy escasa y este tipo de operadores podían exigir condiciones muy ventajosas a las empresas de moda para liberarles de las prendas que se acumulaban en las tiendas. Decenas de operadores replicaron el modelo tanto local como internacionalmente.

Unos años más tarde, a partir de 2011, el modelo empezó a dar sus primeros síntomas de agotamiento y en mercados como Francia y España comenzaron a pinchar algunas de las compañías surgidas durante el boom. Las marcas habían lanzado ya sus propias plataformas online, con lo cual estos grupos de ecommerce no eran tan imprescindibles.

Por otro lado, el consumidor reclamaba tiempos de entrega cada vez más cortos, lo que iba en contra del modelo de outlet online, que no compraban en firme la mercancía y el stock permanecía en el almacén de la marca hasta su expedición.

Pero, sobre todo, hubo un problema de stocks. Tras el susto de la crisis, las marcas redujeron sus producciones y las adaptaron a la nueva situación del consumo, de manera que la materia prima de los outlets online disminuyó de forma drástica.

El cierre de tiendas decretado en prácticamente todos los mercados relevantes para el consumo de moda como consecuencia de la crisis del coronavirus enfrenta a los outlets online a una nueva primavera en su modelo, con errores y deficiencias del pasado corregidos, aunque con el reto de animar a un consumidor que, de momento, no parece que tenga ganas de comprar online moda.

Según señalan diversas marcas, a lo largo de los últimos días han comenzado a recibir llamadas de estas compañías para preparar el día después del confinamiento, cuando el consumo, en principio, deberá recuperarse. En ese momento aflorará en el mercado una gran cantidad de stock, que las marcas han acumulado en sus tiendas y sus almacenes y que, además, no casará con la temporada climatológica.

Las marcas prevén ya agresivas campañas de descuentos y promociones para generar ingresos de forma rápida, pero probablemente requerirán el apoyo de terceros para ganar velocidad en la salida del stock.

Veepee es actualmente la principal plataforma de venta de stocks. Tras una agresiva estrategia de compras de sus competidores europeos, hoy en día el grupo trabajar con 7.000 marcas en Europa. “Actualmente estamos en contacto con nuestras marcas para replanificar campañas teniendo en cuenta criterios como la disponibilidad de la oferta, materiales de producción y logística”, explican desde la compañía.

“Estamos más que dispuestos a colaborar con nuevas marcas adaptándonos a la situación actual para responder a sus necesidades de visibilidad, venta y liquidez para superar esta crisis”, destacan desde la empresa, que ha debido adaptar su oferta a las necesidades actuales de los consumidores, que durante la fase de confinamiento no están apostando por comprar moda, sino gastronomía, bienes de consumo y deporte.

Desde Showroomprivé admiten que las ventas se han paralizado a medida que el impacto de la pandemia ha ido extendiéndose. “El sector de la moda sufre grave y continuamente por la propagación mundial del coronavirus -señalan desde la empresa-; el consumo de bienes de moda se ha reducido drásticamente y este impacto global negativo en la moda y el comercio minorista preocupa a todas y cada una de las partes interesadas de la industria”. “El grupo ha experimentado una desaceleración de la actividad desde el comienzo del bloqueo”, agregan.

El canal online prometía ser la salvación de los retailers durante el periodo de cierre de tiendas, pero lo cierto es que durante el confinamiento los consumidores han desplazado su gasto a otras categorías, especialmente bienes de primera necesidad. A finales del pasado marzo, RBC Capital Markets señalaba que desde el inicio del confinamiento en Italia la descarga de aplicaciones de marcas de moda había caído un 45% en relación al año anterior en el país transalpino. Compañías como Zalando y Asos han advertido del impacto en su negocio.

Desde el marketplace Fashionalia, fundado en 2006 por Gustavo García Brusilovsky (impulsor de BuyVIP) y hoy liderado por Sergio Lucas Ocaña, señalan que en las últimas semanas han notado un repunte de las peticiones de información por parte de las marcas y que ellos mismos han acelerado la comercialización.

“También estamos proponiendo integrar los stocks de determinados multimarca”, señalan desde Fashionalia, de manera que las marcas pueden tanto integrar su tienda online en la plataforma del grupo, como integrar el stock de su propia red de tiendas como de multimarcas de su red.

El pasado febrero, Fashionalia puso en marcha en Madrid una tienda física ubicada en el Centro Comercial Zielo Shopping Pozuelo. La empresa señala que desde este punto de venta puede servir la mercancía al cliente en 24 horas.

Igual que Fashionalia, el grupo italiano Brandsdistribution trabaja con modelo de dropshipment, de manera que la marca sólo debe encargarse de entregar el producto a la plataforma y esta misma realiza la logística hasta el cliente. La compañía italiana especializada en la venta online de productos a tiendas multimarca prepara el lanzamiento en España de su tecnología BDroppy, una plataforma multicanal para la gestión del negocio en dropshipping en todo el mundo. La plataforma, que cuenta ya con un catálogo con más de cien marcas de moda, quiere posicionarse como una herramienta para que las marcas den salida a su stock a través de una red de 450.000 revendedores online.

Primero la confianza y después el consumo: ¿qué pasa en España después de una crisis?

Primero la confianza y después el consumo. En España, después de una crisis, la tendencia pasa porque la confianza de los consumidores marque los primeros indicios de recuperación, seguida posteriormente del consumo. Al menos es lo que ha ocurrido en el pasado reciente.

Después de la crisis del 2008, la confianza de los consumidores comenzó a recuperarse en marzo de 2012, cuando alcanzó los 63,7 puntos después de varios meses por debajo de la barrera de los cincuenta puntos. Desde entonces, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), fue ganando puntos mes a mes, logrando superar la barrera de los sesenta puntos en junio de 2013 (el indicador oscila entre los 0 y los 200 puntos).

En enero de 2014, el indicador marcó una cifra récord de 77,7 puntos, la mayor desde cuatro años atrás, y continuó ganado ritmo, alcanzando los 89,3 puntos en junio de ese mismo año y finalizando 2014 superando la barrera de los noventa puntos, cuando alcanzó los 90,4 puntos.

En 2015, la confianza de los consumidores marcó máximos históricos, logrando superar la barrera de los cien puntos (que equivaldría a un aprobado) durante todos los meses del año. El optimismo en las perspectivas económicas a corto plazo, la mejora de las expectativas de los consumidores y las valoraciones optimistas de la situación de empleo fueron algunos de los factores que motivaron que la confianza de los consumidores batiera récords de después de la crisis en 2015.

Esta tendencia se mantuvo hasta mediados de 2016, cuando el ICC perdió la barrera de los 90,5 puntos y en octubre de ese año se situó en los 90,6 puntos. Sin embargo, en abril de 2017 la confianza de los consumidores volvió a ganar fuerza oscilando cerca de la barrera de los cien puntos hasta septiembre de 2018.

Desde entonces, la confianza de los consumidores ha ido encogiendo, marcando subidas y bajadas, alcanzando mínimos de 73,3 puntos en octubre de 2019 y máximos de 102,3 puntos en junio de 2019.  

En marzo, el ICC ha marcado uno de sus peores datos históricos, con 63,3 puntos. La confianza de los consumidores se ha desplomado en el tercer mes de 2020 influenciada por la crisis del coronavirus, que ha hundido las expectativas de los consumidores sobre la evolución del mercado de trabajo y sus valoraciones sobre la economía en el futuro inmediato.

De la misma manera que la confianza de los consumidores, el consumo también mostró signos de recuperación en 2012. Aunque con algunos meses de retraso, el comercio también marcó una tendencia alcista en España hasta 2016.

El primer signo de recuperación llegó en octubre de 2012, cuanto el Índice del Comercio al por Menor (ICM) registró una caída del sólo el 1,8% frente al descenso interanual del 9,6% del mes anterior. En agosto del mismo año, el comercio minorista en España creció por primera vez desde julio de 2008, marcando una subida del 0,2%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Desde entonces, el comercio en España moderó sus caídas, marcando descensos del sólo el 0,8% en abril de 2013 o del 0,1% en octubre del mismo año. Desde noviembre de 2014, cuando cayó sólo un 0,1%, el comercio en España ha crecido durante casi todos los meses.

De la misma manera que la confianza de los consumidores, el comercio minorista en España registró su punto álgido en 2015, cuando marcó alzas de hasta el 4,1% y siguió creciendo hasta mediados de 2016, cuando registró su máximo crecimiento de la última década, con un incremento en febrero del 6,2%.

Desde entonces, el comercio minorista en el país ha ido moderando su ritmo de crecimiento, registrando subidas del sólo el 1,8% en julio de 2016 o sólo el 0,8% en octubre del mismo año y registrando caídas del 0,6% en febrero de 2017 o del 1,5% en septiembre de 2018.

La moda, en paralelo

Hasta finales de 2013, el negocio de la moda en España encadenó siete años consecutivos a la baja, y desde entonces comenzó a subir. Aunque en 2013 la moda finalizó el año con una caída del 2,3%, durante varios meses del año se situó al alza, marcando la misma tendencia que la confianza del consumidor y el comercio minorista en España.

En 2014, el sector cerró en positivo tras varios años en descenso, registrando una subida del 2,2%. El ejercicio 2015 también fue positivo para el negocio de la moda en España, cuando anotó un crecimiento del 5,5%.

Sin embargo, de la misma manera que el consumo y la confianza, la moda en España en 2016 comenzó a mostrar signos de debilidad, y cerró con una caída del 2,2% para recuperarse levemente en 2017, cuando registró un incremento del sólo el 0,1%. En 2018, la moda volvió a cerrar en negativo, con una caída del 2,2%, mientras que en 2019 se recuperó, marcando un alza del 1,2%.

Lar España, a la espera del fin del confinamiento para reabrir Ànec Blau tras invertir 16,2 millones

El centro comercial Ànec Blau, pendiente del fin del confinamiento para acabar las obras. Lar España prevé reabrir el complejo, ubicado en Castelldefels (Barcelona), poco tiempo después de que el Gobierno levante el confinamiento, según han confirmado fuentes de la socimi a EjePrime. Tras el levantamiento del confinamiento, Lar deberá estar pendiente de la fecha en que reabran los comercios.

Actualmente, las obras de rehabilitación integral del activo ya están vencidas y sólo quedan “retoques más estéticos de calado”, apuntan desde la compañía. Por ejemplo, los cines del complejo, que ocupan una superficie de 3.050 metros cuadrados y serán gestionados por

Yelmo Cines, ya están completamente terminados.

Lar España ha reformado completamente tanto los espacios interiores del complejo como su imagen exterior. En total, la compañía ha realizado una inversión de 16,2 millones de euros para ejecutar las obras, que se iniciaron en junio de 2019 y cuya finalización estaba prevista para finales de marzo.

 

La voluntad de la compañía ha sido “poner el centro comercial a la altura del siglo XXI”. En este sentido, se ha realizado una renovación profunda de todas sus áreas para abrir el complejo al exterior. Aunque en un primer momento la compañía apostó por no cerrar las puertas del activo mientras duraran las obras, la magnitud de la reforma hizo que se tuvieran que cerrar.

La socimi explica que se estuvo trabajando en el complejo hasta la suspensión de todas las actividades no esenciales impuesta por el Gobierno español el pasado 28 de marzo para frenar la expansión del coronavirus.

Lar España ha frenado la inversión en capex que tenía prevista para este 2020 “por pura prudencia” ante la emergencia sanitaria. En este sentido, las mismas fuentes aseguran que “tras el estado de alarma se tomarán las decisiones oportunas”, aunque apuntan que la mayor parte de la inversión ya se había realizado en 2019.

 

Las previsiones de la empresa pasaban por destinar treinta millones de euros a la reforma y rehabilitación de su cartera, que se sumarían a los más de cien millones invertidos entre 2018 y 2019 en varios de sus complejos comerciales.

Hasta el momento, Lar España ha reformado un total de 334.850 metros cuadrados del total de 579.286 metros cuadrados de superficie bruta alquilable (sba) que suma su cartera. La mayoría de la superficie que no ha recibido inversión es la que ocupa el centro comercial Lagoh, en Sevilla, que fue inaugurado en septiembre de 2019 y que cuenta con 69.720 metros cuadrados de SBA.

COVID-19: Ligas y clubes negocian reducción de sueldos con futbolistas

Los efectos económicos de la crisis producidos por el coronavirus no se han hecho esperar en el mundo deportivo mundial, sobre todo en el fútbol que está acostumbrado a mover millones de dólares entre publicidad y contratos de jugadores.

Hoy la situación es distinta. Ante la suspensión de los principales campeonatos y torneos del fútbol profesional, las ligas y clubes se han visto en la necesidad de negociar con las plantillas de los equipos la posibilidad real de reducir sus sueldos ante esta situación generada por la inesperada enfermedad.

Uno de los primeros equipos en tomar la batuta es este sentido fue el F.C. Barcelona, que está semana se convirtió en el primer equipo de la máxima categoría de la Liga Española en informar que había llegado a un acuerdo recortar hasta un 70% de los sueldos que perciben sus jugadores. Además, tanto la plantilla de este equipo como la directiva decidieron donar parte de sus honorarios para asegurar el cobro integral de los salarios del resto del personal.

Igual decisión se tomó en el Atlético de Madrid, club que también anunció un recorte de 70% de los salarios de los jugadores de la primera división, del filial y de la plantilla del equipo femenino, como refiere una nota de la agencia EFE. También en este equipo los futbolistas de primera división y la directiva hicieron donaciones para asegurarse que el resto del personal siguieran recibiendo completos sus salarios.

Frente a los ejemplos demostrados por el F.C. Barcelona y el Atlético de Madrid, la Liga Española recomendó a todos sus clubes que recortarán los salarios de su personal, incluidos los futbolistas, para así poder enfrentar la caída de los ingresos que están teniendo mientras dure el estado de alarma declarado en España a causa del coronavirus.

“Se insta a los Clubes y Sociedades Anónimas Deportivas afiliados a esta Liga a iniciar la reducción de jornada por causa de fuerza mayor habilitados por el Gobierno como mecanismo excepcional para evitar y paliar el impacto negativo que el COVID-19 está produciendo en el sector», dijo La Liga Española en un comunicado publicado en su página web.

También añadió que el fútbol profesional representa 1,37% del Producto Interno Bruto de España y que emplea a unas 185.000 personas.

Consulta en Inglaterra

Debido al impacto económico que está generando la crisis del coronavirus en el fútbol inglés, la Premier League viene consultando con los clubes sobre la posibilidad de reducir hasta en un 30% el sueldo de los futbolistas.

Al respecto, la Premier, la Asociación de futbolistas (PFA) y la EFL, que comprende las divisiones menores de este deporte en territorio británico, acordaron unánimemente consultar a los jugadores “para una combinación de reducciones y aplazamientos del 30% de su total remuneración anual”, según reseña una nota de la agencia Reuters.

“Esta medida estará constantemente bajo análisis por si las circunstancias cambian. La Premier estará en contacto con la PFA, y los sindicatos se unirán a una reunión mañana con la liga, los jugadores y representantes de los clubes”, dijo la Premier en un comunicado.

Como señala la nota de Reuters, esta decisión llega después de que el secretario de salud del Reino Unido, Matt Hancock, pidiera que los futbolistas se redujeran el sueldo por el bien común.

Un gesto solidario

Mientras en Europa las ligas de fútbol profesional instan a susclubes afiliados a negociar una reducción en los salarios de los jugadores, en Argentina el popular equipo Racing Club anunciaba este viernes con los jugadores y el cuerpo técnico habían acordado una reducción salarial importante, debido a las “extremas complicaciones económico-financieras” que generó la suspensión de la Copa de la Superliga, el pasado 17 de marzo,  como medida para evitar la expansión de la pandemia del coronavirus en este país sureño.

“Racing Club comunica que, dada la emergencia sanitaria que estamos atravesando como consecuencia de la pandemia del COVID-19, que supuso el cese del desarrollo de las actividades deportivas programadas, derivando en extremas complicaciones económico-financieras, ha llegado a un acuerdo con sus jugadores y cuerpo técnico. Con el espíritu de proteger los ingresos y garantizar la estabilidad y continuidad de todos los trabajadores de la institución, el acuerdo prevé una reducción salarial importante sobre los ingresos contractuales de los jugadores y cuerpo técnico partir del mes en curso”, dijo el club a través de un comunicado.

El presidente del Racing Club, Víctor Blanco, aprovechó la oportunidad para agradecer a los jugadores y al cuerpo técnico por este “gesto solidario” y subrayó que esta reducción salarial se mantendrá hasta que se reanude la actividad futbolística en territorio argentino.

Por: David Rodríguez Andara

Clarks: contrata Rothschild para financiación y cierra de tiendas no rentables

El coronavirus impacta en el negocio de Clarks. La compañía británica de calzado ha contratado a Rothschild y McKinsey para evaluar opciones de financiación ante la crisis del Covid-19. La empresa ya ha anunciado que tras el fin del periodo de confinamiento procederá al cierre de algunos de sus establecimientos.

“Como parte de esta revisión, hemos decidido no renovar los arrendamientos de un pequeño número de tiendas, y no se reabrirán después de los cierres de coronavirus”, ha señalado un miembro de la empresa en Sky News.

Los planes de la compañía pasan por acceder a nuevas líneas de crédito o entrar en concurso voluntario de acreedores (CVA, por sus siglas en inglés). La empresa ya ha puesto en marcha el equivalente británico a un expediente de regulación temporal de empleo (Erte) sobre el personal de tienda.

Clarks finalizó el último ejercicio con unas pérdidas de 82,9 millones de libras (96,1 millones de euros), frente a las pérdidas de 33,1 millones de libras (38,4 millones de euros). Las ventas del grupo cayeron un 4,6%, hasta 1.468 millones de libras (1.703,4 millones de euros).

Debenhams entra en los juzgados por segunda vez en un año por el Covid-19

Debenhams, a los juzgados por segunda vez en un año. La compañía británica de grandes almacenes ha entrado en concurso de acreedores por la crisis del coronavirus tras cerrar sus 142 establecimientos.

La compañía ha explicado que ha iniciado este proceso para protegerse de las acciones legales que podrían tomar sus acreedores. Stefaan Vansteenkiste, consejero delegado de la empresa, ha explicado que “hemos dado este paso para proteger nuestro negocio, nuestros empleados y otras partes interesada”.

Este es el segundo concurso de acreedores al que se enfrenta Debenhams en menos de un año. En abril de 2019, la compañía, propiedad del empresario Mike Ashley, entró en los juzgados después de rechazar una inyección de 200 millones de libras por parte de su fundador.

Finalmente, los acreedores de la compañía le concedieron un préstamo de 101,8 millones de libras (117,5 millones de euros) y asumieron la deuda de 520 millones de libras (600 millones de euros) de la empresa. Tras esta operación, el grupo inició un proceso de reestructuración que pasaba por el cierre de veintidós establecimientos

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