Amichi vs Black Toro: la familia fundadora demanda al fondo por “incumplimiento de contrato”
La historia de la compañía española de moda Amichi abre una nueva fase. Tras pasar a manos del fondo Black Toro y entrar en concurso de acreedores, la familia Amich, fundadora de la empresa, demanda al fondo por “incumplimiento de contrato”. Black Toro, presidida por Ramón Betolaza, compró Amichi a los Amich en septiembre de 2017.
Según han explicado a Modaes.es fuentes cercanas a la familia, los Amich tienen cinco pleitos abiertos contra Black Toro y contra la sociedad Michizara, a través de la cual se articuló la compraventa. Todos ellos hacen referencia al incumplimiento de las condiciones pactadas entre el fondo y la familia.
En la compraventa, según las mismas fuentes, se pactó el pago de un millón de euros, la compra de la marca y el alquiler de la sede de Amichi, pues el edificio es propiedad de la familia. Uno de los pleitos corresponde al impago del alquiler y ya se ha dictado fecha de lanzamiento.
Los Amich denuncian que la falta de inyección de recursos por parte de Black Toro ha abocado a la cadena de moda a una “situación insostenible”
El acuerdo incluía también el compromiso por parte del fondo de inyectar un total de 15 millones de euros en la marca, recursos con los cuales sería relanzada y se generarían beneficios que, en parte, pasarían también a los Amich mediante un acuerdo de earn out. La familia denuncia que estos recursos no han sido inyectados, con lo que el plan de crecimiento no se ha podido ejecutar.
En el momento de la adquisición, Black Toro inyectó cuatro millones de euros en Amichi. Posteriormente, según denuncia la familia, el fondo no ha vuelto a apostar por la marca, salvo por una ampliación de capital en la sociedad Disedis cubierta con deuda de terceros, en concreto procedente de la compañía sevillana Marypaz o de la sociedad instrumental controlada también por Black Toro.
Antecedentes
Juan Carlos Amich lanzó la marca Amichi a mediados de los años ochenta, después de más de una década trabajando como mayorista en el sector textil. Durante treinta años, la empresa creció combinando las tiendas propias y las franquicias y llegó a contar con 160 puntos de venta y a facturar alrededor de cuarenta millones de euros.
La crisis económica pasó factura a Amichi y a mediados de la década en curso la familia inició la búsqueda de socios para relanzar la marca. Después de trabajar con Socios Financieros para la posible venta de una participación, en agosto de 2016 comenzó un proceso de negociación con Banco Santander para incorporar al fondo Advance a su accionariado.
Tras ocho meses de negociaciones, el proceso se paralizó por considerarse, según fuentes de la familia, que Amichi operaba en “un sector de alto riesgo”. Fuentes cercanas aseguran que estos meses de “parálisis” del negocio impactaron de forma negativa y forzaron a buscar una “solución con prisas”.
Los Amich tienen cinco pleitos abiertos contra Black Toro y contra la sociedad Michizara
En septiembre de 2017, Black Toro selló la adquisición de Amichi con el asesoramiento de Pedro Valdecantos, al frente de la asesoría VPS. “No teníamos otra alternativa y aceptamos”, explican a Modaes.es fuentes de la familia.
Los Amich denuncian que la falta de inyección de recursos por parte de Black Toro ha abocado a la cadena de moda a una “situación insostenible”. “La compañía ahora mismo no hay quien la levante: Black Toro la ha hundido”, denuncian.