Las empresas apuntan al público que prefiere el trato directo: no se llenan formularios online, no se bajan aplicaciones ni hay que salir de shopping.
Los mensajes de texto ganan espacio como estrategia de compras para quienes no gustan de ir a las tiendas ni registrarse en los sitios o acumular aplicaciones.
Cuando el vendedor de la tienda de Celine en el Woodbury Commons Outlet Mall se ofreció a enviarle mensajes de texto sobre nuevas colecciones, descuentos y otras novedades, Rebecca Malinsky pensó que era un detalle considerado de su parte. Así compró un par de pantalones: él le mandó la foto, ella le texteó “¡Sí!” y él los cargó a la tarjeta de crédito de ella, guardada en los sistemas de la firma.
Pero pronto la columnista de The Wall Street Journal (WSJ) comprendió que no se trataba de un señor atento, sino una tendencia en la industria minorista. Todo el mundo del shopping parecía estar enviando textos.
Además de dos sitios especializados, muchos comercios y vendedores apelan al recurso del texto directo con los clientes.
“Astuto, si se considera que las compras móviles en 2018 en los Estados Unidos tendrán ventas proyectadas en USD 210.000 millones, un aumento del 21% con respecto a 2017″, citó cifras de Worldpay, una firma internacional de procesamiento de pagos.
Pero hay personas que no quieren bajar las aplicaciones de las tiendas y otras que no quieren pasar por el proceso de registro de sus datos. “Entra en escena la transacción, notablemente más simple, del mensaje de texto”, escribió Malinksy, “tanto mediante una relación personal con un empleado de ventas o los nuevos servicios de compras via mensaje de texto”.
El más conocido es Jetblack, que tiene una membresía mensual de USD 50 y funciona en la ciudad de Nueva York y sus alrededores. Lanzado en junio por la incubadora Store No. 8, de Walmart, “entrega a domicilio cualquier cosa desde ibuprofeno hasta ballerinas de Chanel, el mismo día o al día siguiente, a partir de un pedido de mensaje de texto de los usuarios“.
Jetblack tiene una membresía de USD 50 mensuales y funciona en la ciudad de Nueva York y sus alrededores.
Como Jetblack guarda la información de sus miembros, lo único que tiene que hacer el cliente es textear (en palabras o mediante una imagen) lo que quiere: su tarjeta de crédito se hará cargo del gasto y su domicilio será el lugar de recepción.
“El texto impone una simplificación, permite la capacidad de que uno diga lo que tiene en la cabeza”, dijo a WSJ la cofundadora y CEO de Jetblack, Jenny Fleiss. Las únicas cosas que el servicio no envía son alimentos perecederos, bebidas alcohólicas y medicamentos bajo receta.
La joyera británica Jessica McCormack incluye su teléfono para compra mediante WhatsApp en su descripción en Instagram.
“WhatsApp, el servicio de texto global, ha sido una bendición para la diseñadora londinense de joyas Jessica McCormack, quien descubrió que agregar su número a las publicaciones en Instagram activa sus productos, incluido un par de aros de más de un millón de libras”, describió la autora de la nota.
En su caso, la ventaja de la tentación que causa Instagram implica la desventaja de no tener archivada la información personal de los clientes, pero para mucha gente eso es un plus. “Es asombroso cuántas personas prefieren este modo de comunicación”, dijo.
Threads Styling nació en 2009 directamente con la idea de ofrecer moda en Instagram y Snapchat que se pudiera comprar con mensajes en WeChat, WhatsApp, iMessage o Facebook Messenger.
Threads nació en 2009 como una reinvención del e-commerce: el chat commerce.
Las personas intercambian textos con un personal shopper, con quien discute cuestiones sobre tallas y estilos, y que hace las compras para el cliente mediante un formulario seguro, de manera tal que no hace falta ingresar la información propia cada vez.
“A fin de competir en nuestro mundo de compras digitales, los empleados en las tiendas físicas hoy comparten sus números de teléfono celular con sus clientes, para intercambiar textos con facilidad sobre promociones y otros servicios individualizados para el cliente”, agregó Malinsky.
El comercio móvil, en gran crecimiento, incorpora también la mensajería directa. (Getty)
Eso permite que las personas se aseguren de que no envían los datos de su tarjeta de crédito en un texto, ya que los mensajes están encriptados desde el dispositivo hasta la torre, pero una vez allí presentan riesgos potenciales. Los otros servicios, en cambio, cuentan con tecnología de protección de datos.