Diez años de iPad: el dispositivo que revolucionó el tablet de Apple
Hace diez años, Apple reveló el iPad, la tableta que quería revolucionar el mundo. Tras el sonado éxito del iPhone, que cambió la percepción sobre los dispositivos móviles, el iPad llegó en 2010 de la mano de Steve Jobs como una versión magnificada del iPod. La novedad hizo que pronto creciera el número de compradores y no tardaron en salirle imitadores. Pero Apple quería algo más que un iPod caro y grande: a trevés de las sucesivas versiones del producto creó una categoría de computación que cambiaría la manera en que leemos, visualizamos, aprendemos o trabajamos.
Podemos ver a través de los años cómo se han ido acercando a esa meta durante la última década hasta hoy, donde se le considera un válido sustituto para un portátil. Tras el éxito del iPhone, la empresa de la manzana buscaba crear una tercera categoría de dispositivo que se adaptaba mejor a ciertas tareas frente a un portátil o un móvil. El iPad tenía que ser mejor en navegacion web, email, fotos, vídeo, música, juegos o ebooks. En la presentación, Jobs declaró que «si va a haber una tercera categoría de dispositivo, deberá ser mejor en este tipo de tareas que un móvil o un ordenador portátil, de otra manera, no tiene razón de ser».
Los rumores acerca de un nuevo dispositivo de mediano tamaño crecieron en torno al 27 de enero de 2010, el día de presentación del iPad. No se sabía a ciencia cierta con qué sorprendería Apple y en Microsoft, que estaba desarrollando los portátiles táctiles con mejoras en el sistema operativo Windows 7, no imaginaban que se encontrarían con un rival tan imponente.
El problema con el que pronto se toparon desde Microsoft fue la poca operabilidad de los sistemas desarrollados para ordenador, que no se adaptaba a las necesidades de una tableta. Apple presentó algo que parecía nuevo y era capaz de plantar cara, no solo a los productos de otros competidores, sino a las marcas como tal. El iPad era otra punta de lanza en la conquista del nuevo entorno tecnológico que en pocos años se contagiaría a los relojes, las pulseras o los altavoces. Con el iPad, se generó un entorno Mac en el que el principal perdedor era Microsoft.
El primer día de ventas, Apple vendió 300.000 iPads y consiguió llegar a los dos millones en menos de dos meses. Tras vender 7,5 millones en 2010, llegó 2011 y vendió 32,4 millones; 58,3 millones en 2012 y 71 millones en 2013. Los escépticos de una tercera gama de dispositivos a medio camino entre la pequeña y la gran pantalla se dieron de bruces con la realidad: Apple ha vendido más de 350 millones de iPads hasta la fecha.
Android fue el primero en plantar cara a la compañía de Cupertino con un sistema operativo de una usabilidad similar y ya testado con éxito en su versión móvil, presente en millones de dispositivos de marcas tan diversas como Samsung, Huawei, Xiaomi u Oppo.
Quizá el principal rival del iPad sea el Galaxy Note de Samsung, con una serie de tablets y phablets (tablet con teléfono) apenas dos años después de la llegada del iPad. Amazon lanzó su gama de tablets Fire y ocupa el segundo puesto en número de ventas por la sencilla razón de que sus precios son muy bajos. En esta contienda entre Apple y Android, uno de los principales escollos a salvar han sido las apps. Los desarrolladores prefieren crear juegos o aplicaciones para dispositivos con sistema operativo Mac y eso ralentiza la adaptación de apps (aún las más populares) para Android.
Apple ha ganado la batalla de las tablets con la introducción del iPad en las escuelas. Hoy día son muchos los colegios que cuentan con programas de educación diseñados específicamente para iPads y los niños se acostumbran a tener una tablet desde pequeños, con lo que al ser mayores tendrán más opciones de hacerse con una para uso personal. En el ámbito del hogar, crece el uso de aplicaciones controladas desde un dispositivo móvil y la tablet se convierte en una de las opciones preferidas para tener a mano un mando a distancia universal de nuestro hogar conectado. En el trabajo, las tabletas son compañeras de viaje, cuando un portátil estorba para tomar notas, trabajar durante los trayectos en coche, tren o avión o para repasar notas de una presentación. El iPad llegó hace diez años reivindicando un nuevo espacio y lo ha conseguido con creces.