No nos gusta el sargazo, pero lo alimentamos
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Es un alga que el mar necesita, en la que viven aproximadamente 120 especies, pero que “por el comportamiento del ser humano ha crecido en forma desproporcionada y que cuando llega a las playas se convierte en un material nocivo”.
Esa es la explicación sencilla que sobre el sargazo hace Manuel Despradel, gerente de Algea Nova , una empresa especializada en el manejo de esta alga y que justo en esta época del año tiene una alta demanda de sus servicios. Ello se debe a que cuando el calor progresivo del verano calienta las aguas del Caribe, el volumen del sargazo crece mucho y las corrientes marinas terminan llevándolo a las playas, perjudicando la actividad turística.
Es un problema recurrente en los países con costas sobre el Caribe. Por su posición geográfica, la zona de Cancún en México es especialmente sensible y sus playas son invadidas por sargazo que les llega de norte y sur. En el caso dominicano, las zonas máa afectadas son Punta Cana y Bávaro, pero el norte del país es raramente afectado.
La empresa que dirige Despradel trabaja en tres etapas para enfrentar el sargazo: “prevención, recolección y transformación”. Para las labores de prevención tiene barreras diseñadas por la propia empresa, que se anclan en el fondo marino y cuya función es la de impedir que el alga llegue a las playas.
Limpiar las playas es el recurso al que están acudiendo los países afectados. es una necesidad, pero no una solución de fondo, porque la verdadera suena utópica, pero urgente: dejar de contaminar el mar
En cuanto a la recolección, se trata de una labor que los técnicos de Algea Nova realizan detrás de las barreras. Estas son muy efectivas, porque detienen aproximadamente el 80 % del sargazo.
Respecto de la transformación, es un paso que los técnicos de la empresa están experimentando actualmente, con el objetivo de utilizar el sargazo como insumo, para generar productos como fertilizantes o diversos utensilios desechables.
El sargazo es un alga marina que sirve de hábitat a algunas especies de peces, crustáceos y camarones. “Pero el comportamiento del ser humano es el que causa el problema”, enfatiza Despradel, porque al arrojar al mar desechos y nutrientes, las algas se alimentan de los mismos, lo que produce su crecimiento desmesurado. Al llegar a las plyas se convierten en un elemento invasor, que además es de mal olor.
El sargazo es un fenómeno de alto impacto económico si no se le enfrenta con rapidez, puesto que aleja visitantes de las playas afectadas.
Es un tema de tal importancia que la agencia clasificadorade riesgo Moody’s señaló el mes pasado que si México no lo controla a tiempo, su turismo y su economía se verían severamente afectadoa. El problema es que grandes mayoristas de tours frenan sus ventas cuando se enteran de la invasión del sargazo.
La solución inmediata es limpiar las playas. pero a largo plazo hay que pensar en soluciones de fondo, como no contaminar el mar, o de lo contrario, el invasor volverá año tras año.